Iván Valencia Madera
En su inconmensurable afán refundacional, los gobiernos del Socialismo del Siglo XXI (?) con fin de no ofender a ningún grupo social, especialmente de género, preconizan la “corrección política” (inventada en EE.UU.), que ha llegado a extremos que rayan en lo ridículo.
Consultado un reconocido especialista en lingüística, me confiesa: “Bastaría en un discurso decir niños y ciudadanos, que involucra a todos”. Pero no. Para evitar la discriminación a la mujer hay que decir niños y niñas, o ciudadanos y ciudadanas, y así. Me recuerda que Maduro dijo (sic): “Los millones y millonas de venezolanos y venezolanas”. Recién escuché a un alto funcionario de la revolución ciudadana que decía que gracias a la educación igualitaria, de calidad y gratuita, “los niños y niñas de este país serán buenos y buenas ciudadanos y ciudadanas, y podrán aspirar a ser maestros y maestras, doctores y doctoras, abogados y abogadas, y hasta directores y directoras de empresas y de empresos”. Sin embargo, en un foro internacional se descalifica a la mujer guayaquileña por ser rubia, guapa, ojos verdes y apellido extranjero. Y podría ser peor. Si la mentada “corrección” se aplicaría con efecto retroactivo, tendríamos que cambiar el padre nuestro y decir: “…así como nosotros y nosotras perdonamos a nuestros deudores y deudoras…”. ¡Basta de tantas absurdas refundaciones!