En el profundo populismo reinante en nuestro país, se ve con buenos ojos que el Gobierno haya aumentado su participación en la producción petrolera. El problema es que hoy es dueño de una mayor proporción pero de una producción descendente.
Para empeorar las cosas, la producción de petróleo crece en el resto del mundo. Y para hacer casi irreal el asunto, en el Ecuador estamos desafiando las leyes de la economía, pues mientras el precio del crudo crece, nuestra producción cae.
Hubo una época remota en que la producción petrolera del Ecuador crecía. Entre diciembre 2002 y diciembre 2005, pasó de 385 000 a 555 000 barriles diarios. Claro que para que se diera ese salto fue necesario crear un ambiente que atraiga grandes inversiones extranjeras, entre ellas el OCP. Ese buen ambiente para las inversiones es lo que muchos, erróneamente, llaman “la larga noche”.
En diciembre 2005 el Ecuador, por ejemplo, producía más petróleo que Colombia. Aunque solo era un 6% más, estábamos por encima de nuestro vecino del norte. Y más al norte, en un estado llamado Dakota del Norte, en los Estados Unidos, la producción era menos de un quinto de lo que produjo el Ecuador en ese mismo mes.
Pero nuestro país empezó a cometer un error tras otro. Primero se le caducó la concesión a la Oxy, con lo que todos los inversionistas privados del sector se asustaron de que algo similar les podría pasar a ellos. Y frenaron sus inversiones.
Después, decidieron que estábamos recibiendo muy poco de la producción que extraían las empresas privadas y se les cambiaron las reglas. Ahí hubo varios problemas, el primero es que se cambió varias veces las reglas, con lo cual se ahuyentó definitivamente a los inversionistas. El otro gran problema fue no entender los incentivos que llevan a un inversionista a invertir. No se entendió que la gente no invierte si no va a ganar más plata y con los cambios a los contratos se destruyó los incentivos para que las empresas inviertan y aumenten la producción.
Por eso en septiembre de este año la producción de petróleo fue de únicamente 506 000 barriles diarios, es decir, casi un 10% menos que en diciembre 2005. El pastel hoy es más pequeño que en diciembre 2005 (aunque vale aclarar que en el 2010 llegó a ser todavía menor).
Desde el 2005 hasta la fecha, el precio del barril casi se ha triplicado y cuando un precio se triplica, lo normal es que la producción suba. Pero en el Ecuador logramos que sea al revés.
Hoy, en Colombia producen casi un millón de barriles diarios, es decir, después de haber estado por debajo de nosotros en 2005, hoy producen el doble. Y en Dakota del Norte, donde producían un quinto de nuestra producción, hoy están un 40% por arriba de nosotros. Allá el pastel creció y hay más riqueza para repartir. Acá no.