El curioso nombre de esta sinfonía se debe al sentimiento de libertad de un artista después de varias décadas de soportar el asedio de una tiranía. Sin libertad es imposible crear, aun así Dimitri Shostakovich escribió sinfonías, conciertos y óperas, pero siempre con el temor de que al tirano no le agrade su música.
El deshielo de esa Sinfonía, la número 10, fue estrenada en 1953 y refleja el sentimiento del compositor ruso tras la muerte de Stalin. Shostakovich, al igual que otros artistas y compositores, como Prokófiev, sufrió la persecución del tirano que quería controlarlo todo, incluyendo las manifestaciones artísticas.
Narran los biógrafos que en 1936 Shostakovich había escrito la ópera Lady Macbeth (un personaje de Shakespeare) que fue calificada de formalista, de no expresar los valores soviéticos. Stalin se refirió a la obra como una ‘pornofonía’, por ser diferente a los gustos del proletariado, en tanto que el diario Pravda dijo que tenía discordancias ‘neuropáticas’, rugidos chillones y trituradores.
La Sinfonía 10 o del deshielo será interpretada el 19 y el 20 por la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE) bajo la batuta de Álvaro Manzano, quien comienza un nuevo ciclo como titular y al parecer con muy buenas partituras, según se puede concluir al ver el repertorio porque además de esta obra, hay otra de Camille Saint Saëns en el mismo programa.
Para nadie es extraño que Álvaro Manzano estudió por muchos años en Rusia y que por eso tiene la influencia de los compositores de ese país. Eso es muy bueno, un gran número de los grandes maestros de la música inmortal son rusos. También el actual director asistente de la OSNE es Andrei Vasileusky, un bielorruso nacionalizado ecuatoriano, con una gran formación académica y con una vasta experiencia dirigiendo en varios países y en ciudades ecuatorianas como Guayaquil, Cuenca y Loja.
Esto no quiere decir que la OSNE solamente se va a ir por esa tendencia musical. Recuerdo hace algunos meses cuando Álvaro dirigió la Sinfonía 1 de Mahler y en el pasado se presentaba con un variado repertorio que incluía compositores alemanes, austriacos, checos, estadounidenses, etc.
También es compositor y es lógico que presente sus obras y las de compositores ecuatorianos, que no son muchas, pero son de un gran nivel musical, según las opiniones de los expertos. Lo importante es que el maestro escoja las obras que va a interpretar y que el repertorio sea coherente.
En esa misma línea, Andrei Vasileusky dirigirá a la OSNE el 27 de septiembre con partituras de Glinka, Saint Saëns y la Suite No. 3 de Tchaikovsky. Esa Suite será un estreno en el país. Cuando Tchaikovsky terminó de componer esa obra dijo: “Realmente quería escribir una Sinfonía, pero al final el título de la obra es lo de menos”. Esta suite revela todo el genio del compositor.