El simulacro

En un año la Asamblea Nacional pondrá nuevamente en escena el tinglado para hacer creer a los ecuatorianos que “aprueba” las enmiendas constitucionales. Y ese tinglado, que incluyó día y medio de una sesión de pleno para el primer debate, y que el próximo año ejercitará un intenso turismo constitucional, con cuantiosos viáticos de por medio, para que los asambleístas del oficialismo ensayen y repitan sus discursos power point en los confines de la patria, carece de misterio porque todos sabemos cuál será el desenlace final, a saber, la aplicación exacta de las órdenes recibidas de Carondelet.

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