En 20 años de laborioso trabajo, el Ministerio de Salud estructuró una eficaz y eficiente gestión que le permitió llegar a todos los rincones del país, a pesar de sus penurias económicas.
Efectivamente, desde 1993 conformó las “Áreas de Salud”, exitoso ejemplo de desconcentración en apoyo a las Direcciones Provinciales de Salud, que entonces tenían serios obstáculos para llegar a distantes poblaciones y unidades de salud.
Por su cercanía a poblaciones asignadas, las Áreas podían monitorear eficazmente el cumplimiento de acciones planificadas de salud pública, tales como vacunación infantil, control prenatal, educación sanitaria, etc., con mayor agilidad que las provincias. Ejemplos; a Shinkiatán, en Morona Santiago, se llegaba en 30 minutos desde Taisha, sede del Área de Salud; hacerlo desde Macas tomaba seis horas. El centro de salud de Puerto Quito quedaba a 15 minutos del Área Pedro Vicente Maldonado, pero a tres horas de Quito.
Algo importante, el número de funcionarios de las Áreas de Salud era reducido; menos de una docena. Actuando sinérgicamente, la provincia y sus áreas optimizaban la gestión.
En mayo de 2012 la Senplades implementó un esquema administrativo uniforme para el sector público, sin considerar las particularidades de salud y sus avances, labrados en años. Inventó Zonas, que eliminaron las provincias y Distritos, que desdibujaron las Áreas. Zonas y distritos abultados, a imagen de abigarradas estructuras centrales plagadas de viceministerios, subsecretarías y direcciones, atascaron la otrora diligente gestión de salud. La conformación de algunas zonas es inentendible; la Zona 2 -con sede en Tena- por ejemplo, con las provincias de Napo, Orellana y los cantones rurales de Pichincha (¿?).
Los efectos sobre la salud de la ocurrencia senpladina parecen manifestarse; una evaluación internacional documentó cómo, a partir de 2013, las coberturas de vacunación infantil en Ecuador descendían dramáticamente; 78% Polio y 82% Pentavalente en 2016; la Organización Panamericana de la Salud reportaba en 2018 un peligroso 81% en Sarampión. Coberturas lejanas al 100% registrado desde el 2 000, con una óptima organización ministerial.
Si la “innovación” de Senplades de 2012 fue un retroceso, el impacto del Acuerdo Senplades, Finanzas, Trabajo de Junio 2019, que mantiene zonas y elimina distritos (aunque imperfectos, parecidos a las áreas) será devastador; sin adecuada vigilancia local habrá repuntes epidémicos; la falta de una prolija supervisión afectará los servicios;caerán coberturas de programas preventivos; volveremos a los 80. Por sensatez, eficiencia y eficacia urge retomar la arquitectura sanitaria nacional -con las debidas actualizaciones- en defensa de la salud pública.