El desarrollo tecnológico que ha alcanzado la humanidad ha mejorado las condiciones de vida: internet, transporte, vivienda, nuevas terapias y tratamientos, son algunos de los logros sobresalientes. La industria de los alimentos, orientada a obtener la satisfacción adictiva de los consumidores, ha procesado desde tiempo atrás bebidas y productos abundantes en azúcar, sal, grasas saturadas, conservantes y colorantes artificiales.
En el mundo la obesidad y el sobrepeso han ocasionado un serio problema de salud, fundamentado en dos factores claves: una deficiente información alimentaria y un alto consumo de las mencionadas substancias procesadas. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición indica que la prevalencia de sobrepeso en niños menores de 5 años se ha incrementado de 4,2% en 1986 a 8,6% en el 2012.
En los escolares, 3 de cada 10 estudiantes presentan una combinación de sobrepeso y obesidad, problema que también afecta al 63% de la población adulta, en edades entre los 19 y 60 años. Si bien la obesidad y el sobrepeso no constituyen una enfermedad, son causa de muchas afecciones graves y mortales, entre ellas, diabetes mellitus, hipertensión arterial, hemorragias cerebrales, cáncer, procesos isquémicos como infartos cardíacos, infartos cerebrales y enfermedades cerebrovasculares.
Se han implementado políticas que promueven hábitos saludables en la nutrición e informan de la directa relación del azúcar con la diabetes, de la sal con la hipertensión y de las grasa con la obesidad y con las afecciones vasculares. Mediante etiquetas de colores que se adhieren a los empaques y envolturas, comunican al usuario si los alimentos poseen abundante azúcar, sal o grasa, mediante el color rojo, o con amarillo si los contenidos son medianos y con verde, si son escasos. Esta guía, Semáforo Nutricional, que debe ser enriquecida con más datos informativos útiles para el público de toda edad, fue instaurada por el Ministerio de Salud, en el 2014; ha orientado al público en la correcta elección de substancias alimenticias, pero ha incomodado a algunos funcionarios del gobierno que se afanan por suspender este vital etiquetado, pues su presencia ha mermado ligeramente los ingresos y utilidades de poderosas empresas fabricantes de alimentos procesados.
La salud es el principal derecho de los seres humanos y, por mantenerla, se aconseja el consumo, en lo posible, de agua y alimentos naturales, libres de substancias químicas, grasas saturadas, azúcar y sal procesadas, así como de las bebidas exageradamente azucaradas. El sometimiento a las indicaciones del semáforo, coadyuvará en el combate a la obesidad, al sobrepeso y a todas las graves afecciones que de ellas se derivan.
Ningún lucro mercantil justifica actuar en desmedro de la salud.
Columnista invitado