Se busca a la oposición de Ecuador

Lo sucedido en la Asamblea Nacional, alrededor del pedido de juicio al Vicepresidente del Ecuador, devela en buena medida el papel que
está cumpliendo la oposición en la actual coyuntura política.

La principal prueba que presentaron para dar paso al proceso en contra de Jorge Glas no tenía un valor jurídico. Por esa razón, en el Consejo de Administración Legislativa (CAL), no se podía tomar en cuenta. El oficialismo solamente tuvo que ponerlo en evidencia para archivar el proceso sin mayores dificultades.

Puertas adentro, la misma oposición reconoció que no tenía un sustento de peso para insistir en el juicio. Durante casi dos meses, esa fue su mayor apuesta en el Legislativo y hubo pocos resultados.

Existe una necesidad de consenso para definir una ruta a mediano y largo plazo, que vaya más allá de la fiscalización. Hay que recordar que el tema fue inicialmente incluido en la agenda por el oficialismo con el juicio político al excontralor Carlos Pólit.

De ahí que resulta vital que la oposición aproveche este momento de transición política (con el nuevo Gobierno) para pensar estratégicamente, construir una agenda propia y cumplir con su papel.

Oponerse no es resistir ciegamente a cualquier iniciativa. El oponerse políticamente implica el compromiso de promover un debate; ser esa voz que rompa con las visiones únicas, dominantes y ser los portavoces de quienes no están en el poder y también merecen ser escuchados.

En la campaña electoral pasada la oposición asumió el compromiso de aportar en el mejoramiento de la institucionalidad del Estado y de promover ideas, propuestas, para enfrentar la dura situación financiera que aqueja al país. ¿Qué pasó con esos ofrecimientos?

Quizá sea un buen momento para discutir y poner sobre la mesa temas como el futuro del quinto poder, la ley de comunicación, la transparencia de las cifras económicas, los mecanismos más idóneos para elegir autoridades.

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