La victoria de Santos
Sin lugar a dudas, esta ha sido una de las elecciones presidenciales más disputadas que ha tenido Colombia en los últimos años.
Si al término de la primera vuelta todo nos hacía pensar que Óscar Iván Zuluaga sacaría mayor ventaja en la segunda vuelta, lo curioso es que pasó todo lo contrario. Juan Manuel Santos logró remontar una diferencia de casi 5 puntos porcentuales y vencer, en la segunda vuelta, con el 50,94% del total de los votos frente al 45,01% que obtuvo Óscar Iván Zuloaga.
Para ello, Santos tuvo que cambiar a último momento de su estrategia de campaña, apretar a fondo el acelerador articulando un mensaje suficientemente sólido en torno de “la paz” y poniendo atención en zonas o departamentos que podían revertir la tendencia de la primera vuelta electoral.
Si bien uno de los aspectos favorables de Santos fue la alianza con el Partido Liberal y Cambio Radical, esto, en lugar de sumar, le restó votos en la primera vuelta. Sobre todo por el hecho de destacar a nivel de mensaje la alianza y no mencionar temas concretos que la gente esperaba escuchar.
De igual modo, aunque desde un inicio el eslogan principal de su campaña estuvo relacionado con la paz, el mensaje de “Unidos por la paz” no fue del todo efectivo.
Incluso el hecho de usar tres palomas de diferentes colores fue tomado por el electorado como algo desgastado y poco convocante.
Tras varias semanas de “no dar pie con bola” y verse casi en la misma situación de hace 4 años en la que casi pierde la presidencia frente a Antanas Mockus, Santos dio un giro radical a su campaña.
César Gaviria intervino como jefe de debate. Su candidato a la vicepresidencia se dedicó a tener contactos con la clase política. Sus colaboradores más cercanos como Rafael Pardo, Gina Parody y David Luna renunciaron a sus carteras de Estado para impulsar la campaña en Bogotá. De igual modo, líderes locales de su partido pusieron esfuerzos extras para conquistar votos en los departamentos del Atlántico y del Pacífico.
Un aspecto que cabe destacar es la votación que tuvo Santos proveniente de tendencias políticas que en el pasado fueron de oposición. Me refiero al voto que arrastran Gustavo Petro, German Vargas, Clara López y Antanas Mockus.
Ante la arremetida de Álvaro Uribe y su delfín Óscar Iván Zuluaga, así como sus anuncios de revisar el proceso de paz y desconocer los acuerdos alcanzados hasta el momento, puso a reflexionar a Colombia. No deja de preocupar el importante apoyo que hasta el momento tiene Uribe, sin embargo, da la impresión que a la final Santos logró convertir a la paz en una palabra mágica para ganar la presidencia.
En realidad, Colombia no quiere más guerra. En este sentido, son importantes las declaraciones que recientemente ha hecho Santos de que hará todo lo posible para que la paz no solo sea justa sino también duradera.
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