Las acciones irreflexivas e impositivas del gobernante, prófugo en Bélgica, descalabraron programas y planes de salud que venían siendo implementados y ocasionaron desfases no superados hasta el momento. Se obligó a retirar a médicos experimentados, formadores de profesionales jóvenes, por edad avanzada (65 años) y se crearon vacantes que las llenaron con neófitos que no alcanzaban la talla de los reemplazados.
Han transcurrido trece años de desorden, Desde hace diez años la Asamblea no ha aprobado el Código de Salud, ni su principal componente, la nueva Ley del Sistema Nacional de Salud. ¿Es necesaria esta nueva Ley? ¿Por qué no se terminó de implementar la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Salud, presentada por el Congreso Nacional, en septiembre del 2002, con aportes de instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OPS-OMS), la Federación Médica Nacional, los Colegios de Médicos, la Comisión de Salud del Congreso, las Facultades de Medicina del país y del Consejo Nacional de Salud (CONASA)?. Fue reglamentada por el presidente Noboa y su financiamiento, con cruce de cuentas entre las diversas instituciones que debían atender indistintamente a todos los enfermos, estaba en plena estructuración por el gobierno del presidente Palacio. Era una Ley descentralizadora que otorgaba capacidad de gestión a los consejos parroquiales, a los cantonales, provinciales, con control y supervisión permanentes del Ministerio de Salud. Se crearon sistemas como el de Pedro Moncayo, en cuya cabecera cantonal, Tabacundo, funcionaba el consejo cantonal de salud que coordinaba la labor de los consejos parroquiales. Similares estructuras se instauraron en Azuay y Loja, penosamente el afán centralizador y codicioso detuvo estos logros promisorios.
En el Código y en la Ley que aprobará, algún día, la Asamblea, no hay concreciones, abundan frases declamatorias, se encargan las futuras soluciones a la “Autoridad Sanitaria Nacional”, desde la distribución territorial de los servicios de salud, así como la implementación del “modelo de atención integral” y la responsabilidad “de regular los aspectos técnicos, de planificación, de gestión, de evaluación y de financiamiento que aseguren el funcionamiento y la articulación de la Red Pública Integral de Salud” Si de toda esa inmensa cantidad de tareas se responsabiliza a la Autoridad Sanitaria Nacional, ¿cuándo estará concluida y será aplicable esta Ley? En el título VII de este proyecto, referente a sanciones, los redactores de este extremadamente voluminoso documento, han refinado su trabajo y se han esmerado en sanciones que llenan de riesgos a la actividad profesional.
Este tufo de inauguradores de la patria y del “borra y va de nuevo” se ha ensañado en la salud. Detuvieron avances importantes en la construcción de un Sistema y no han podido reemplazarlos, pues no hay Código, ni Ley.
Columnista invitado