En septiembre del 2011 EL COMERCIO publicó una carta mía en la que manifestaba: “El monumento a los Héroes del Cenepa (soldados semidesnudos, armados de lanzas, machetes y fusiles, trepando por un árbol en cuya cúspide flameaba la bandera nacional), que se levantaba, majestuoso en su sencillez, a la entrada de la Ciudad Mitad del Mundo, ha sido retirado para construir allí el edificio sede de la Unasur, sin que se conozca su actual destino (lo habían destruido). Seguramente quienes lo construyeron creían que ese lugar era el ideal porque es visitado frecuentemente por los ecuatorianos, entre los que se destacan los que retornan a visitar su país. Los leales que ofrendaron su vida en la Guerra del Cenepa en defensa de la patria, bien merecen la gratitud nacional, simbolizada en un monumento que nos recuerda la victoria que puso un digno punto final al viejo litigio territorial con el Perú, tan plagado de adversidades (…) ese lugar se había convertido en un santuario cívico en el que las Fuerzas Armadas venían realizando solemnes ceremonias militares. Para construir el edificio de la Unasur hay muchos sitios adecuados”.
Posteriormente un grupo de oficiales entregamos un documento que contenía la denuncia de lo ocurrido, a dos Jefes del Comando Conjunto, en presencia de sus otros miembros. No habían sido aún designados los actuales Comandantes Generales del Ejército y la Marina.
En abril del 2012 EL COMERCIO me publicó un artículo titulado “Impostergable reparación cívica” que decía: “¿Qué sucedería si mañana alguien se atreviera a desalojar de la Cima de la Libertad las reliquias de la Victoria del Pichincha o al Cañonero Calderón del puesto de honor que ocupa en Guayaquil o al obelisco que recuerda a los vencedores de la Batalla de Tarqui? El triunfo del Alto Cenepa tiene una inmensa significación, quizá no valorada aun debidamente, ya que nos demostró que somos capaces defender a nuestro país y su honor, y contribuyó admirablemente a restaurar la confianza y el autoestima nacionales, tan venidas a menos desde la invasión de 1941. ¿A quiénes compete enmendar el error? Al Gobierno Nacional y particularmente a la Prefectura de Pichincha. ¿A quiénes corresponde reclamar la rectificación inmediata? Al Alto Mando Militar, en el marco de las leyes y los reglamentos, a los militares en servicio pasivo y a todo el pueblo ecuatoriano”.
Se anuncia que el edificio de Unasur, que desplazó al Monumento a los Caídos en el Cenepa, llevará el nombre de Néstor Kirchner. ¿Dónde está el amor a la patria, dónde el honor nacional? Mientras tanto, las organizaciones de militares retirados y el resto de ecuatorianos permanecen en silencio.