Ryoteki kinyu kanawa

Quantitative easing en inglés, ryoteki kinyu kanawa en japonés, o flexibilización cuantitativa, es una medicina agresiva, casi una quimioterapia económica; consiste en que el banco central de un país aumenta las reservas de los bancos al comprarles activos financieros. Al hacer esto inyecta moneda en el sistema y empuja las tasas de interés a largo plazo a la baja.

Muchos dicen que es una manera moderna y sofisticada de la vieja estrategia de imprimir dinero para que la economía se mueva. El objetivo es claro: que se aumenten los salarios, que la gente consuma más; y sobre todo en el caso nipón detener la deflación. Cuando esta se da, los hogares tienden a restringir su consumo, esperando que los precios sigan cayendo, es decir, detiene el consumo; la inflación tiene el efecto contrario.

El analista Gavyn Davies del Financial Times lo compara a inflarse con esteroides; los músculos de la economía están hinchados, hay tamaño y apariencia de poder, pero no es producción real lo que hay detrás, es aire, es simplemente mucha moneda impresa.

Con un nuevo y drástico cambio en su política, el nuevo gobernador del Banco Central japonés, Haruhiko Kuroda, acaba de anunciar esa medida, y lo harán de manera ciclópea. Ante tal bombazo, las reacciones de los actores internacionales han sido diversas.

Por un lado, hay algunos países que han visto en este plan una estrategia de favorecer las exportaciones. En efecto, al haber más yenes en el mercado el precio de cada yen se deprecia (el solo anuncio de la medida hizo caer el precio de la moneda en 3% respecto al dólar), y cuando esto ocurre el costo de los productos cae, es decir, las exportaciones japonesas se vuelven más atractivas.

Entonces, todo este barullo no escondería otra cosa que una "fácil" estrategia monetaria para favorecer las exportaciones. Siendo esto solamente una vuelta de tuerca más de la famosa guerra monetaria en la que están enfrascadas las grandes potencias: abaratar los precios internacionales de los bienes de exportación para ganar a la competencia.

Esta medida tiene dos grandes riesgos: por un lado, es posible que se cree más inflación de la deseada, con todos los males naturales que la inflación conlleva, por otro, es posible que la economía no se reactive si los bancos no prestan a las empresas las nuevas reservas.

Una cosa es cierta, el ryoteki kinyu kanawa es una bazuca, nunca el arma preferida de los banqueros centrales. La conclusión que se puede tirar: si los japoneses recurren a este instrumento, es porque las circunstancias lo requieren. Es difícil para el común de los mortales entender o juzgar el estado de la economía mundial, aquí hay un fuerte indicio, si la tercera economía mundial recurre a la infantería pesada es porque en el frente la tensión lo amerita.

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