Es que no paramos. En educación, nuestro país es una nave al garete: se orienta en la dirección en que los vientos soplan. Es lo que está sucediendo en estos días. Como ya han transcurridos dos años del gobierno de Lenín Moreno es como si de pronto nos iluminara la luz del entendimiento: desaparecerán las Escuelas del Milenio, dos mil Escuelas Rurales cubrirán el territorio nacional y como la corrupción es imparable no queda más que enseñarles a los niños y jóvenes Moral y Ética, y Cívica desde luego.
Olvidémonos por un momento eso de que las Escuelas del Milenio, las Unidades Educativas, eran “elefantes blancos”. A mi juicio el objetivo de tales centros educativos era el que también los niños campesinos, en su mayoría indios y montubios, se les incluyera en el proceso que al país le llevaría a salir del pantano del subdesarrollo. Laboratorios, bibliotecas, canchas deportivas, etc. también para los marginados de siempre.
La estupenda red vial existente en todo el país, hasta los confines de un cantón, posibilitaba que los niños y jóvenes llegaran a la Unidad del Milenio sin problema alguno. Los padres se habían resignado a gastar USD 4, en el transporte (es decir lo que cuesta una botella de puntas).
Conozco bien mi comarca, la que cubre el Cantón Quero, en la provincia del Tungurahua. Las más de las escuelas rurales funcionaban en locales que se caían, con los vidrios rotos, los servicios higiénicos dañados; unidocentes o a lo más con dos profesores para cubrir los seis grados. Como no vivían en el pueblo o anejo, llegaban casi a mediodía del lunes y salían pitando el jueves por la tarde pues el viernes tenían reunión de profesores… Es verdad que la escuelita quedaba a la vuelta de la esquina, con lo cual “se mantenía el tejido social de las comunidades”, es decir el ayllu prehispánico (¡!). Lo que vi en mi comarca se repetía en la provincia de Zamora, a donde fui con el propósito de visitarle al señor Alcalde, Salvador Quishpe, mi amigo.
Como no paramos, un paso adelante y dos atrás: resulta que se construirán y/o habilitarán 2 mil escuelas rurales. Mil este año y mil el siguiente, es decir cuando esté por concluir el Gobierno actual, y no haya tiempo para evaluación alguna, como no sea por el gobierno que venga y se le ocurra retomar el programa de las Unidades Educativas del Milenio.
Como en nuestro país si existen ciudadanos que no tienen por qué ocultar sus verdades y saben bien lo que opinan, debo referirme a las opiniones vertidas por Milton Calderón, Profesor de Didáctica de las Ciencias Sociales de la PUCE (EL COMERCIO, 2019/01,28): “Una reforma educativa no se improvisa”, en el pensum actual “No hay Cívica o Ética, hay Educación para la Ciudadanía”. La educación es un proceso que no admite la imposición de criterios personales y/o circunstanciales.