Riviera del Pacífico

La costa ecuatoriana es maravillosa. La más notable de todo el Pacífico que baña el continente americano. Y también inmensamente rica en diversidad humana y natural. Frente a ella, vienen del norte y del sur las corrientes del Niño y de Humboldt y se encuentran frente a Manabí, con toda su riqueza y variedad ictiológica. Los escenarios geográficos son excepcionales. La gente ha desarrollado culturas vigorosas en un escenario plural de amplias raíces.

Potenciar a nuestra costa como una “Riviera del Pacífico”, con el ejemplo de la francesa y de la mexicana que se denomina “Maya”, es una excelente iniciativa del gobierno del presidente Moreno, que la llevará adelante a través del Ministerio de Turismo, a cargo de Enrique Ponce de León. Cubrirá Esmeraldas, Manabí y Santa Elena, es decir un amplio espacio costero, con la promoción de “pueblos mágicos”, como centros turísticos.

Se espera, según aparece en la noticia de prensa, proyectos turísticos, urbanización y otras iniciativas económicas para los inversionistas, como exoneraciones de impuesto a la renta, de aranceles y del pago por importaciones de equipo hotelero, así como de la salida de divisas. Al parecer, un esfuerzo especial se hará para promover “la Vieja Esmeraldas”.

Es especialmente importante que “pueblos mágicos” busque potenciar localidades con “atributos simbólicos e identidad”. Este es un asunto central pero delicado. Hay que impulsar el turismo en los pueblos, pero protegiendo sobre todo a su gente, su patrimonio cultural y sus rasgos de identidad. No ha sido infrecuente, por ejemplo, que una playa natural se transforme en una nueva versión costera de las bahías o el mercado Ipiales.

Cualquier proyecto turístico debe incluir un gran esfuerzo de protección del patrimonio material e inmaterial. Primero, porque eso es fundamental para la vida de la gente local, que debe ser el centro de cualquier esfuerzo. Segundo, porque para que venga el turismo, se debe preservar las localidades y los modos de vida que resultan ser atractivos. Quienes desde la vida universitaria y académica estamos dedicados a la promoción e investigación de nuestro patrimonio y a la capacitación de recursos humanos para ello, tenemos toda la disponibilidad de colaborar en varias formas para proyectos como éste, que por su importancia y volumen, requieren años, a veces décadas, para su pleno funcionamiento.

Se informa que ha considerado Puerto López, Bahía de Caráquez, San Vicente, Pedernales, Muisne, Manglaralto y Salinas. Me atrevería a plantear ¿Por qué no San Lorenzo? Precisamente por lo difícil de promover el turismo allí, con espacios naturales tan hermosos, víctima del abandono y la violencia.

Es de desear que este proyecto avance con prontitud y seguridad, porque merece el apoyo nacional.

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