Tras los resultados electorales de ayer, uno de los indicadores para poner atención será el riesgo país, cuyo comportamiento en las últimas semanas ha sido volátil.
A la incertidumbre natural que genera la elección de Presidente y asambleístas se sumó la pandemia, que abrió dudas sobre la participación de los electores. Además, un alto número de votos blancos y nulos podría incidir en los votos válidos, que son los que sirven para determinar al ganador.
El riesgo país, que mide la probabilidad de que un país incumpla con las obligaciones de deuda, estuvo rondando los 1 300 puntos hace un par de semanas, pero luego comenzó a bajar. El viernes pasado -dos días antes de las elecciones presidenciales- cerró en 1 091 puntos. Se atribuyó a la mayor probabilidad de una segunda vuelta entre Guillermo Lasso, un candidato pro mercado, y Andrés Arauz, del correísmo.
El precio del petróleo, que ha venido subiendo las últimas semanas y que se acerca a los USD 60 por barril, también es un factor que reduce el riesgo país, ya que mejora el escenario de las finanzas públicas.
La economía ecuatoriana es aún dependiente del petróleo y la cotización del crudo ecuatoriano superó los USD 50 por barril a inicios de este mes, cuando el promedio del año pasado fue de USD 35.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados han logrado mantener limitada la oferta de crudo para apuntalar el precio del barril, lo cual marca un panorama optimista para los países productores de crudo como Ecuador.
El mejor precio del crudo también se debe a los planes masivos de vacunación en el mundo, que hacen prever una lenta recuperación de la actividad económica en los países más desarrollados, lo que aumentará la demanda de petróleo.
La reducción del riesgo país durante la semana pasada ya recogió ese efecto positivo por el alza del precio del petróleo. De ahí que el comportamiento en los próximos días responderá, por un lado, a los resultados de las elecciones de ayer y, por otro, al escenario de una eventual segunda vuelta.
Lo que debe llamar a la reflexión es que el riesgo país se ha mantenido alrededor de los 1 000 puntos de septiembre del año pasado, cuando Ecuador logró renegociar parte de su deuda externa en bonos soberanos. Pero con ese nivel de riesgo país es demasiado caro salir al mercado internacional a buscar el financiamiento que el país necesitará este y los próximos años.
El país requiere reformas estructurales que deberán ser tramitadas por la Asamblea. El próximo Presidente deberá negociar con un amplio número de partidos políticos en la Legislatura para asegurar la gobernabilidad. Esa incertidumbre política mantendrá el riesgo país en niveles altos, al menos en el corto plazo.
Sin embargo, el déficit fiscal, la necesidad de financiamiento internacional, el desempleo y la crisis sanitaria ejercerán una gran presión para llegar a acuerdos políticos o, caso contrario, ahondar una crisis social.