Cómo se hace uno rico

En una entrevista cuya fecha no puedo precisar que está circulando por las redes sociales, el Señor Prefecto y candidato a la presidencia Don Yaku Pérez afirma que hay tres maneras de hacerse rico: heredar, ganar la lotería o robar.

Con el mayor respeto, su análisis está incompleto: hay una cuarta manera de hacerse rico que no depende ni de tener suerte ni de ser sinvergüenza: consiste en ahorrar, con disciplina y buen sentido, parte de la riqueza que uno genera trabajando e innovando con eficiencia y productividad.

El Señor Pérez ha declarado de manera muy alentadora que respeta la riqueza ya formada, la propiedad privada, los ahorros y la dolarización. Me permito invitarlo a contribuir a tan loables y necesarios objetivos dejando de lado aquel discurso, a mi juicio equivocado, que no reconoce como legítima la creación de riqueza para uno mismo y para los demás que proviene de la actividad empresarial decente y del trabajo honesto.

El error de no reconocer que es legítima esa creación de riqueza nos viene de Marx y Engels, quienes plantearon que la esencia del capitalismo es que el empresario explota al trabajador. Es innegable que puede darse esa explotación. Negarlo sería mentir, como los marxistas-leninistas-socialistas del siglo 21 mienten cuando niegan la miseria y la represión en Venezuela, Cuba, Corea del Norte. Considero fundamental que nadie mienta, y por eso no niego lo innegable. El capitalismo salvaje y explotador sí se ha dado, por ejemplo en las primeras décadas de la Revolución Industrial cuando Marx y Engels lo observaron y llegaron a la conclusión equivocada de que en esa explotación radicaba la esencia del sistema.

Pero la evidencia es clara en todos los rincones del mundo que no necesariamente se da esa explotación en un sistema capitalista, y cuando no se da, el resultado es un amplio bienestar económico, social y político, sociedades abiertas, oportunidades, educación, salud, infraestructura. La espectacular explosión de riqueza y mejoramiento del bienestar humano que se ha dado desde hace dos siglos es consecuencia directa del capitalismo, la libertad de empresa y los incentivos del mercado. ¿Pueden los marxistas-leninistas-socialistas del siglo 21 decir lo mismo (sin mentir) de los sistemas que ellos defienden? Repitiendo el “sin mentir”, no, no pueden.

Señor candidato Pérez, por favor créame: muchos (lamentablemente no todos) quienes creemos en la libertad de empresa y la economía de mercado no deseamos explotar a nadie ni deseamos robar, y al contrario, queremos y podemos apoyar el noble esfuerzo de crear riqueza y bienestar, no solo para nosotros sino para los millones que prefieren la seguridad de un empleo a los riesgos del emprendimiento.

Uno se hace rico de 4 maneras: heredar, ganar la lotería, robar, o emprender y trabajar.

jzalles@elcomercio.org

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