Retórica
El fin de semana anterior en Washington se reunió la Asamblea conjunta del Banco Mundial y del FMI. Este cónclave se realizó en momentos en que las principales economías del mundo están al borde de una nueva recesión, en un escenario de profundos desequilibrios fiscales; problemas de exceso de endeudamiento; volatilidad de los mercados financieros y fragilidad de los sistemas financieros.
Ante esta situación, se esperaba que se tomen resoluciones concretas que lleven a diseñar políticas para que las diferentes economías del mundo, de manera conjunta y coordinada, puedan enfrentar una crisis que cada vez parece más cierta. El Comité Monetario y Financiero que reúne a los representantes de los países miembros del FMI, emitió una serie de enunciados, que por su generalidad, no llegaron al fondo del problema.
El comunicado hecho público empieza diciendo que en la reunión se ha acordado enfrentar los peligros que acechan a la economía global, los cuales son el problema de la deuda de los países de Europa, la fragilidad del sistema financiero, el débil crecimiento económico y el alto desempleo.
Por lo tanto, tomando en consideración que las condiciones económicas y financieras varían entre países, no es menos cierto dice el comunicado, que las economías del mundo y sus sistemas financieros están íntimamente relacionados por lo cual hay que actuar de manera colectiva para restaurar la confianza y la estabilidad financiera, y retomar el crecimiento global. Hasta aquí nada nuevo de lo que ya se sabía a través de los medios.
Meros enunciados que reconocen la existencia de graves problemas en la economía global, pero nada de propuestas para actuar de manera colectiva y coordinada. Con relación al problema de la deuda de la Eurozona, la resolución dice que los países sobre endeudados harán todo lo que sea necesario para resolver la crisis de la deuda soberana para asegurar la estabilidad financiera en los países miembros.
Desde el año anterior, los líderes de los países de la Eurozona han venido dando palos de ciego para ponerle punto final a la crisis de la deuda, sin resultados tangibles. Lo que el mundo necesita conocer es el plan para rescatar a las economías en problemas y las reformas estructurales que se implementarán para diseñar instituciones que permitan la permanencia de la zona monetaria.
Con relación a los bancos recomiendan una fuerte capitalización y fuentes adecuadas de fondeo. En cuanto a las economías emergentes, en clara alusión a la China, se recomienda la implementación de reformas que promuevan la demanda interna y la aplicación de políticas cambiarias flexibles. Pura retórica en un momento en el cual el mundo lo que demanda son propuestas concretas.