El Sistema Interamericano, como expresión regional, es el más antiguo del mundo, porque tiene su origen en la filosofía política del Libertador Bolívar, que se plasmó en el Congreso de Panamá de 1826. En su versión moderna, tiene tres columnas de sustentación: la Carta de la OEA (1948), que es su base institucional, el Pacto de Bogotá (1948) y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR, 1947). Este último instrumento recobró actualidad a raíz de la reciente Asamblea General de la OEA, celebrada en Bolivia, donde varios estados expresaron la intención de retirarse del TIAR. Importa recordar aspectos esenciales del tratado para apreciar el alcance del anuncio.
En el siglo XIX nuestros países pusieron énfasis en dos temas fundamentales: el arreglo pacífico de controversias y la asistencia recíproca en casos de agresión. Con el andar del tiempo el concepto de asistencia recíproca evolucionó hacia un sistema de seguridad colectiva, y así figura en el Capítulo VI de la Carta, donde se declara que “ toda agresión de un Estado contra la integridad o la inviolabilidad del territorio o contra la soberanía o la independencia política de un Estado americano, será considerada como un acto de agresión contra los demás Estados americanos”. Bajo esa perspectiva se creó el TIAR, al inicio de la Guerra Fría, en la cual se manejó la hipótesis de la solidaridad frente a eventuales atentados de origen extracontinental.
El sistema de seguridad colectiva, en el que actúa el TIAR, tiene dos aspectos esenciales: la asistencia recíproca en caso de ataque armado (legítima defensa individual y colectiva) y la “acción pacificadora” prevista para los conflictos intrarregionales. Conviene destacar también que la legítima defensa colectiva nace, como derecho, en la Carta de las Naciones Unidas y, como obligación, en el TIAR. En cuanto a la acción pacificadora, esta ordena al agresor la suspensión de hostilidades y el restablecimiento inmediato de las cosas a su estado anterior al conflicto.
En las tres primeras décadas de su existencia, el TIAR se aplicó en 17 oportunidades, especialmente en casos relativos a las relaciones entre países centroamericanos, como Costa Rica y Nicaragua, Honduras y El Salvador, Honduras y Nicaragua, la situación de Cuba, etc. Este último caso comenzó con la exclusión del Gobierno cubano de la OEA (Punta del Este, 1962) hasta el restablecimiento de relaciones diplomáticas con los países latinoamericanos. La actitud de EE.UU. en la guerra de las Malvinas (1982) suscitó la repulsa de los demás Estados miembros. Pero en la década de los setenta se acordó preparar el Protocolo de Reformas al TIAR y suscribirlo en una Conferencia de Plenipotenciarios, que se celebró en mayo de 1975 en San José de Costa Rica.
En el Protocolo de Reformas al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca se hicieron importantes cambios sustantivos.