Han vuelto a triunfar la sensatez, la ética y la democracia. Quedan expulsados el odio, las promesas de venganza, los afanes de torcer más a la justicia y de pervertir a abogados, fiscales y jueces, para que a cambio de prebendas económicas y de poder, deterioren su integridad y liberen, violando leyes y códigos, a ese numeroso grupo de exfuncionarios del gobierno corrompido de la fracasada década, que están presos o permanecen prófugos y refugiados en otros países, para no cumplir las sentencias impuestas por ser culpables de una amplia gama de delitos.
Ha vencido el presidente Daniel Noboa y ese triunfo llena de alegría y satisfacción a más de la mitad de ecuatorianos y a sus familias, porque la patria se ha salvado de la corrupción que amenazaba con regresar. Se ha fortalecido la certeza de un futuro promisorio a nuestros hijos y nietos, en el que se respete las libertades, la constitución y las leyes, Se proyecta un porvenir exitoso, revestido de honradez y respeto a la democracia.
Lejanos quedan muchos de los fantasmagóricos proyectos expuestos por la candidata finalista y por su grupo de asesores fanáticos y prófugos, como el de cambiar el dólar por una moneda nacional o virtual moldeable a los intereses, no santos, de quienes ya demostraron total irrespeto a la reserva monetaria del Banco Central; el compromiso de reconocer al ilegítimo y sanguinario dictador venezolano Maduro; el cumplimiento de las obligaciones contraídas con la CONAIE, para frenar la minería legal y la exploración petrolera; las condonaciones ilimitadas de innumerables deudas, con bancos estatales; la reducción del IVA y la suspensión de la limitación a los subsidios del petróleo. Todos planes que, de cumplirse, habrían agravado la difícil situación económica del país y originado una afectación muy severa. Por otra parte, se atentaba contra la libertad política y social al crear las milicias urbanas, cuáles colectivos chavistas de represión, disfrazados con el nombre de Gestores de la Paz.
Estos malhadados propósitos, al ser eliminados, darán lugar y espacio al tratamiento de otros acuciantes problemas, que requieren la atención del presidente felizmente triunfador, como son los servicios de salud, la falta de empleo, la inseguridad y el desfinanciamiento del IESS .
La victoria electoral del presidente Noboa tiene un enorme valor porque demuestra que la mayoría del pueblo ecuatoriano repudia la crisis de valores en que se lo ha sumido. Debemos rescatar la ética y la moral individuales y colectivas, para dignificar a la sociedad que ha sido obligada a aceptar la corrupción como un hecho normal, resumido en la lacerante y ofensiva frase “que roben, pero que hagan”
El Ecuador necesita la conciliación de todos los compatriotas que deben construir una agenda básica para combatir al crimen organizado, a los cárteles nacionales e internacionales, para actualizar el código del trabajo, poner en funcionamiento el sistema nacional de salud, mejorar la educación, salvar al IESS y apoyar a su presidente en los esfuerzos gigantescos que realiza para obtener inversiones internacionales y bajar el riesgo país. La crisis que envuelve a la nación debe ser combatida por el trabajo y el esfuerzo de todos. Las circunstancias difíciles que rodean a la patria deben incentivar a vencedores y a vencidos para que cambien el objetivo de su labor y para que, en lugar de orientar obsesivamente, todos sus esfuerzos a conseguir que se exculpen a sus excompañeros, entreguen su aporte patriótico, ya sea en la asamblea o en cualquier institución oficial o particular.
Abandonemos los sectarismos y juntos rescatemos a la patria.