Despedimos el 2013 recordando que hace 90 años nació el legendario escritor y periodista Norman Mailer, quien hace seis levantó el vuelo. Fue uno de los escritores emblemáticos de los Estados Unidos. Un “enfant terrible”, nominado más de una vez al Premio Nobel literario.
Apelando a sus fantasías personales y, paralelamente, a través de sus famosos reportajes, Mailer buscó definir políticamente el mundo que habitaba: Estados Unidos. Lo hizo transitando caminos diferentes a los de sus compañeros de generación, como Saul Bellow, John Updike o Flannery O’Connor, todos ellos herederos de los maestros de la literatura moderna: Faulkner y Hemingway.
Quienes han leído sus libros recuerdan algunos tan memorables como “Los desnudos y los muertos” y “La canción del verdugo”, que ganaron el Premio Pulitzer. La suya es una amplia obra literaria. Dada esa vastedad, ya que se ha publicado en castellano una antología de sus escritos, nada mejor que recordarlo precisamente a través de este libro que muestra su quehacer como un abierto abanico. Imperdible.
Esta antología se llama “América” (Anagrama/Gussi), y nos permite acercarnos a la personalidad extravagante de un clásico de las letras modernas. Podríamos decir que se trata de un retrato histórico, social y cultural de los Estados Unidos, en el período que va desde la elección de John Kennedy hasta las presidencias de Bill Clinton. Por cierto, no deja de lado los tumultuosos años sesenta, la guerra de Vietnam, Watergate y las presidencias de Bush (padre) y de Ronald Reagan.
Por otra parte, en las páginas de “América” tenemos las incursiones de Mailer en la crítica literaria, con sus impresiones sobre diversos escritores (desde Hemingway hasta Salman Rushdie), así como en el boxeo, con su memorable reportaje sobre la llamada “pelea del siglo”, entre Alí (Cassius Clay) y Foreman, en Zaire.
Norman Mailer fue clave en el llamado “nuevo periodismo”. Este libro es una lección de ello, escribiendo sobre la realidad con las técnicas narrativas de la ficción. Este fue su secreto. Su enseñanza. Los artículos sobre la Convención Demócrata en Los Ángeles, por ejemplo, nos sitúan en ella, junto a sus protagonistas, como Adlai Stevenson, Lyndon Jonson, Eleonor Roosevelt (“bella, precisa, tallada a mano como el marfil”) y John Kennedy (“la quintaesencia del misterio”, quien “tenía el bronceado intenso de un instructor de esquí”).
Hay entrevistas a John Kennedy, al que describe con “ojos de un montañero” y dueño de una intensidad sutil y “casi imposible de describir”. Y cuya característica, dice, era “el aire distante y reservado de un hombre que ha atravesado en solitario un campo experimental de pérdida y de ganancia, de aproximación a la muerte, que lo ha dejado aislado de la masa de los demás”. También aparece Jackie Kennedy, a la que describe como “una mujer de nervios delicados y extremadamente sensibles”.
Esta antología que recorre su “América” es el mejor retrato del escritor y el periodista que fue. En cada página percibimos su pluma, guiada por la inteligencia, el ingenio y una sensual apreciación del lenguaje.
No hay periodista ni escritor moderno que no le deba algo a Norman Mailer. Fue un generoso maestro de todos, a través de un quehacer muy singular, ajeno al paso del tiempo.