En medio del dominio total del Estado, de su desaforado crecimiento y acumulación de poder, muchas organizaciones de la sociedad civil están cerrando sus puertas por falta de recursos humanos y financieros. Varios de sus cuadros políticos y técnicos han sido absorbidos por un aparato estatal que paga mejor y rodea de oropel y parafernalia a sus tecnócratas. Cierta cooperación temerosa y asustada pone distancia de la sociedad y guiña los ojos, sin gran fortuna, al poder. Los movimientos sociales están divididos a favor o contra el Gobierno. La atomización es el signo. Hay falta de ideas, programas e imaginación. En algunos lados el miedo y la derrota son compartidos por la academia y por lo que queda de los partidos políticos. La abulia, el clientelismo, el dogmatismo, el consumismo y la ceguera inmovilizan a otros segmentos de la población.
Sin embargo, desde su debilidad algunos sectores de la sociedad civil ecuatoriana hacen serios esfuerzos por recuperar su energía y vitalidad, por aportar. Se retejen alianzas. Se habla de unidad. Se generan propuestas e iniciativas. Uno de esos espacios que no se deja morir se encuentra en educación. Al contrario de los derrotistas, da signos de vida.
Dos de esas iniciativas ciudadanas se han presentado en estos días a través de la publicación de estudios sobre la educación. Susana Freire García comparte su libro “Un maestro en tiempos difíciles”, en el que relata la vida de un importantísimo maestro laico, Carlos T. García Molineros, uno de los primeros normalistas del país, que aportó significativamente al crecimiento de la educación pública. A través de la descripción y análisis del pensamiento y obra del profesor García, la autora nos sumerge en la problemática de la educación ecuatoriana luego de la revolución conducida por Alfaro.
El otro aporte es la publicación del Contrato Social por la Educación de la investigación elaborada por el profesor Eduardo Fabara: “Estado del arte de la formación docente en el Ecuador”. En ella se realiza una descripción y análisis de diversos aspectos de la formación de los maestros y maestras del Ecuador en los últimos años. Se examinan las políticas, situación, oportunidades y serios problemas de formación inicial y continua de los profesores y profesoras. Se brinda salidas a este aspecto clave que incide en la calidad de la educación ecuatoriana, hoy por hoy, la principal dificultad del cambio educativo del Ecuador.
Si esto pasa en la sociedad civil, el poderoso Estado está por renovar a las autoridades educativas. Lo mínimo que se espera es que se haga una seria evaluación de lo acontecido en estos seis años de “revolución educativa” y que las nuevas autoridades vengan con ideas y actitudes frescas: que abran las puertas a una sociedad anhelante de aportar. El Presidente tiene la decisión.