En mi país, EE.UU., pocos profesores o directores admiten que los logros académicos en matemáticas y ciencias están por debajo de los alcanzados por otras naciones que han participado en exámenes internacionales. La realidad es que estamos rezagados, y por eso nuestras universidades reclutan a los mejores jóvenes científicos de otros países.
El Ecuador es otro país donde las malas noticias no son bienvenidas. En el 2006, con la colaboración de la Unesco, este y otros países latinoamericanos tomaron pruebas a los estudiantes de tercero y sexto grados de primaria. Las preguntas, tanto de matemática como de lectura, eran idénticas para todas las naciones participantes como resultado de una negociación entre ellas. Recientemente, una vez que se publicaron los resultados detallados de tales pruebas, se encontró que el Ecuador estaba significativamente por debajo de los promedios de América Latina (sus resultados fueron aún inferiores a los de Colombia y Perú). Además de que la Unesco publicara los resultados, hubo una reunión en Guayaquil, en febrero de este año, en la cual el director del proyecto, el [psicólogo] psicometrista cubano Héctor Valdés, compartió con los profesores y directores ecuatorianos estos resultados y los obtenidos por cada institución educativa. Actualmente, gracias a las políticas de la Unesco, estos datos están disponibles al público, para todos los investigadores del mundo que quieran seguir indagando en el tema. Sin embargo, en Ecuador, muy pocos investigadores han buscado las razones para el bajo rendimiento educativo del país. Lo que es peor, el Ministerio de Educación no apoya una evaluación más profunda de esta mala noticia; es más, ha desmantelado los equipos de investigadores que hubieran podido explicar las diferencias del Ecuador con los otros países latinoamericanos, en términos de los métodos de enseñanza, infraestructura, presupuesto, formación docente inicial, mallas curriculares o administración.
El puntaje promedio de toda América Latina, en las pruebas de lectura de sexto grado, es de 500 puntos en la escala de la Unesco. La mayoría de escuelas ecuatorianas están lejos de esa media regional.
La Unesco elaboró cuestionarios para los padres de familia, con el fin de crear un índice de nivel socioeconómico. Para la construcción de tal índice se utilizó información de la ocupación de los padres, su nivel de educación y sus activos. En el Ecuador, el promedio del índice socioeconómico de las escuelas privadas es mucho más alto que el de las escuelas públicas ; mientras que el promedio del índice socioeconómico de las escuelas rurales es bastante inferior al de las urbanas. Para los tres tipos de escuelas, la mayoría tiene un desempeño, en lectura, inferior al promedio de América Latina (500).