Las emisiones de deuda que han realizado las autoridades de Finanzas en los mercados internacionales tienen dos aspectos positivos. Por un lado permite saber el riesgo real de la economía ecuatoriana y, por otro, transparenta el manejo económico del Régimen, el cual se ha caracterizado por tener un discurso dentro del país y otro en el exterior.
El regreso del Ecuador al mercado de capitales, desde mediados del 2014, fue positivo porque permite comparar al Ecuador con otras economías, más allá del riesgo país. Desde la moratoria de la deuda pública externa, en el 2008, el país obtenía financiamiento externo básicamente de China y de los organismo multilaterales. Las condiciones del endeudamiento con China son hasta ahora desconocidas, al igual que las preventas y créditos atados al petróleo.
Con la emisión de bonos, que suma USD 7 250 millones solo por la deuda adquirida desde el 2014, ya se conoce que el denominado riesgo país le cuesta a los ecuatorianos entre el 9,12 y 10,75% de tasa de interés.
Esos datos permiten preguntarse por qué Ecuador paga hoy tasas del 9,12% cuando Honduras consigue colocar bonos al 6,25%. En ambos países, sus principales autoridades destacan la confianza que genera entre los inversionistas internacionales el manejo económico que han llevado a cabo.
Los documentos que ha presentado el Gobierno a los inversionistas internacionales con el objetivo animarlos a comprar los bonos, además trae información que normalmente no se conoce dentro del país, o al menos no se publica de manera frecuente en los portales web de las entidades económicas.
A través de esos documentos, por ejemplo, el país pudo conocer que en diciembre pasado el Gobierno firmó dos contratos de venta de crudo y fuel oil por USD 900 millones, que ya se definió el calendario para bajar la producción de crudo según lo acordado con la OPEP y que las necesidades de financiamiento para este año suman de USD 11 600 millones, mucho más de lo que se informó casa adentro.