‘La propuesta de crear un pensamiento único, oficial, impuesto desde el Gobierno, será el más contundente golpe al sistema democrático. El puntapié más terminante a la libertad”.
La reflexión del periodista quiteño Andrés Carrión, quien desde 1975 ejerce el oficio en televisión y radio, es demoledora, y por lo mismo, nos obliga a pensar.
Tras meses de nostalgia y angustias personales, luego de su salida de Canal Uno, volvió con el programa ‘Regresando con Andrés Carrión’, en Radio Armónica.
Lo hizo de manera casi silenciosa y consolidó su propuesta en un horario distinto (18:00) con ideas periodísticas frescas e innovadoras y con temas sorprendentes.
Se basó en un estudio que muestra la alta sintonía radial a esa hora, pues la mayoría de gente vuelve a casa en sus autos, en taxis o en buses. “Los programas en la mañana saturan el dial, pero en la tarde estamos solos y libres. El espacio lleva apenas seis meses y ya tenemos el primer lugar de sintonía en informativos a esa hora”.
Con este programa, donde se tratan asuntos ciudadanos, políticos y económicos con perspectivas frescas, Carrión da ejemplo a los periodistas que se quejan y victimizan, que dejan de luchar, que creen que los difíciles tiempos que vivimos vuelven casi imposible ejercer el oficio.
Explica que una de las razones por las cuales dejó temporalmente los medios se debe a que la TV, en especial, banaliza los contenidos, faranduliza los noticieros y los llena de sangre.
Años atrás, otra de sus grandes decepciones fue cuando se dio cuenta que algunos de sus colegas se creyeron “jueces”, otros llamaron a la insurrección desde los micrófonos, otros pretendieron tumbar gobiernos y otros convocaron a la desobediencia civil.
Andrés Carrión es un permanente crítico de los entrevistadores de la prensa oficialista y privada, en especial de quienes maltratan a sus invitados, sacan del estudio o les colocan trampas.
“Y eso no es periodismo”, afirma. Confiesa que luego de su renuncia a Canal Uno, lo convocaron tres veces para un canal oficialista y que la oferta salarial fue muy atractiva. Pero dijo no.
“Mis 36 años en el oficio son mi único patrimonio. Rechacé la propuesta por mis valores éticos. No lo acepté ni lo aceptaría por la manera con la que el actual Gobierno maneja los medios de comunicación oficialistas”.
¿Qué corresponde ahora? Su respuesta es clara: recuperar el periodismo, porque no podemos aceptar un proyecto que pretende imponer el silencio nacional y el pensamiento único.
Pero eso se hace con responsabilidad. Volviéndonos sencillos y humanos no solo los periodistas, dice, sino también los dueños de los medios.
Andrés Carrión no aspira a estar en la radio más grande del país, pero sí donde tenga la más amplia garantía para ser libre. Porque la libertad -enfatiza- es nuestro más bello desafío.