Sería un macro error contratar un macro crédito de 13 000 millones de dólares para financiar un macro proyecto que no es prioritario porque no genera gran empleo y simplemente refinaría petróleo para hacer productos primarios como combustibles sin mayor valor agregado.
Teóricamente se encandiló al gobierno del Ecuador cuando se ofreció que luego se podía incluir fábricas petroquímicas y de otros derivados importantes del petróleo, sin advertir que se requiere una escala de producción tan grande que permita competir con los productores eficientes que ya dominan el mercado mundial.
Es ilusorio imaginar que el Ecuador pueda hacer este tipo de industrias de elevada complejidad tecnológica y altamente intensivas en capital. Es no tener sentido de proporciones y estar desubicado por la desmesura.Venezuela ya no está interesada en este proyecto que Hugo Chávez le embarcó al Ecuador y no hay otro socio que quiera arriesgar su inversión. Sin tener asegurado el financiamiento el gobierno ha gastado desaprensivamente 1 114 millones de dólares en acondicionar el terreno y hacer un acueducto de 93 metros y ahora se le quiere embarcar al país en una aventura para dar la idea de que si es viable este proyecto, es decir para disimular el error. En lugar de conseguir inversionistas, se plantea equivocadamente que el Ecuador haga solo a base de un endeudamiento cuantioso, cuando este gobierno se acaba y no tendremos ni para pagar lo que debemos. Incluso es dudoso que existan reales posibilidades de crédito para un macro proyecto de escasa viabilidad.
El problema esencial de la economía y de la sociedad ecuatoriana es la falta de trabajo formal o adecuado para la gente, por lo que todo crédito para inversión debe servir para crear nuevas oportunidades de empleo que es la mejor manera de atender a las demandas de justicia social, Necesitamos dinero mas bien para mejorar la tecnología de nuestra producción agrícola, para potenciar la industria pesquera, para crear tecnologías productivas aclimatadas al nivel industrial del Ecuador, para hacer productos nuevos que podamos vender a los 28 países de la Unión Europea. Con 13 mil millones se puede hacer esto y mucho más, pero insistir en un nuevo elefante blanco es un error mayúsculo e imperdonable, cuando se percibe que el Ecuador no puede todavía entrar en tan grandes proyectos, a la luz de las malas experiencias en la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas y en la construcción de la planta de gas Bajo Alto.
Como argumento principal se destaca que se disminuirá la salida de divisas por la importación de derivados, pero aun así, el mercado ecuatoriano no es tan grande como para que se pueda amortizar tan cuantioso capital.
Piensen dos veces para dar otra ocupación a esos terrenos, quizá un parque industrial especial pero no insistan en una insensatez de este tamaño.
wherrera@elcomercio.org