Reelección y debate

El movimiento oficialista agita la propuesta de la reelección presidencial. Después de años de reiteradas negativas y palabras esquivas del Presidente, ahora la busca.

Los resultados de las elecciones seccionales del 23 de febrero no esconden la realidad que Alianza País se niega a aceptar: AP sigue siendo la primera fuerza pero sin hegemonía, la oposición dispersa muestra un mapa diverso y plural.


El procedimiento legal para introducir el cambio, que es de fondo aunque no lo parezca, intenta reducir el debate a la vía que se adopte: enmienda o reforma.
Después de la vivencia de siete años de profundización de un modelo de concentración de poder y control de todas las funciones por los actores políticos pro oficialistas y un perfil autoritario, sería indispensable que un tema tan polémico como la reelección presidencial se sustancie con el voto popular en las urnas para refrendar o no una reforma a la carta constitucional.


En Montecrisiti los propios asambleístas constituyentes consagraron solo un período de reelección.
La alternancia es sana, indispensable como fundamento de la democracia y si ese mecanismo de llevar a consulta algunos aspectos de la vida política - muchos insustanciales - operó sistemáticamente, en un tema de tanta trascendencia es de esperar que los políticos que dominan el mapa parlamentario pongan a prueba su vocación democrática y sometan al escrutinio del pueblo tan importante tema, para buscar luego la cuarta elección consecutiva de Rafael Correa.

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