Diversos asuntos de importancia tiene en carpeta el gobierno de la revolución ciudadana, entre ellos el proyecto de reforma a la Constitución que permita la reelección indefinida, el traslado de la Presidencia de la República al sur de la ciudad, el Código Monetario, el proyecto de ley para que los fondos previsionales sean administrados por el Biess, la creación de un impuesto a la “comida chatarra”, etc.
Mientras aquí se impulsa el proyecto para que, por primera vez en la vida republicana del Ecuador, se permita la reelección indefinida, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, presentó hace pocos días, al Congreso Nacional de su país, un proyecto mediante el cual se prohíbe terminantemente la reelección, de la que se benefició él, al igual que su predecesor, Álvaro Uribe, quien pretendió otra reforma a la Constitución, a fin de optar por un tercer período consecutivo, pero le impidió la Corte Constitucional.
Han surgido voces de crítica y de apoyo a la intención de trasladar la sede de la Presidencia de la República al Cuartel Epiclachima, al sur de la ciudad. Se enfatiza que el Palacio de Carondelet es patrimonio histórico, que en principio fue sede de la Real Audiencia y luego recinto de todos los presidentes. La intención del actual Mandatario es que sea destinado solamente para ceremonias especiales y que las actividades ordinarias se cumplan en los edificios e instalaciones del barrio San Bartolo, que demandarían un gasto cuantioso, inconveniente en las actuales circunstancias, con el agravante de que es muy posible que el próximo presidente decida regresar a la Plaza Grande.
Motivo de diversos comentarios ha sido el anuncio de que se establecería un impuesto a la comida chatarra, nociva para la salud y proclive a la obesidad, por lo que los fondos que se obtendrían se destinarían para la tención médica que requieran los afectados por esos excesos alimenticios. Pero se anota que, en caso de concretarse esta idea, no solamente debería aplicarse a los locales de venta de hamburguesas con franquicia internacional sino también a los incontables puestos informales de salchipapas, empanadas, chugchucaras y hornado, inclusive a los participantes en el reciente “concurso mundial”…
En cambio, un asunto muy sensible y que causa impacto en el cálculo electoral es la revisión de pasajes planteada por los “trabajadores del volante”, ante lo cual los gobernantes y los alcaldes de las principales ciudades han venido eludiendo su responsabilidad.
Con buen criterio, el exministro de Gobierno, Vladimiro Álvarez Grau, manifestó, en declaraciones para este Diario, que lo aconsejable es que se reúnan representantes del Gobierno Nacional, de los municipios, del transporte público y de los usuarios para que analicen el problema con seriedad y fijen el incremento que consideren justo.