Nos quedamos estupefactos: hace pocos meses le vimos entrar con pasos cortos, encorvado, en franco deterioro físico, al ilustre iberoamericano Plutarco Naranjo Vargas. Había decidido no perderse una reunión de trabajo del Taller de Historia de la Salud que funciona en la Universidad Andina Simón Bolívar. Ahí estaba él, infatigable.
Por los años sesenta del siglo pasado, la cátedra de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Central fue constituyéndose en un paradigma. Cuando su titular, el Prof. Naranjo, trataba los capítulos relacionados con los antibióticos, los antihistamínicos, los plasmas sintéticos, antiparasitarios y vitaminas, lo hacía con la solvencia de quien tenía publicaciones sobre tales materias e inclusive aportaciones al conocimiento. Un portento en un país periférico, subdesarrollado, dependiente; un espejo en el que muy pocos se atrevían a mirarse.
El Dr. Naranjo había abandonado los Laboratorios Life cuando un investigador científico de su categoría estaba por demás. Por aquel entonces el Estado ecuatoriano no destinaba un solo sucre en investigación científica. Para proseguir sus investigaciones sobre etnobotánica, Naranjo requería de un laboratorio moderno. Aplica para obtener una beca de investigación (grant) de las que concedía una institución de los Estados Unidos a nacionales y extranjeros calificados por sus niveles de excelencia. El primer ecuatoriano que obtiene un ‘grant’ es Naranjo. ¡Arde la selva! La FEUE pone el grito en el cielo: ¡el Prof. Naranjo se ha vendido a los yankees! A los estudiantes se les ha asignado el derecho de tacha: ¡el Prof. Naranjo sale de la Universidad Central! En la sesión de Consejo Directivo de la Facultad de Medicina que trató el tema, fui el único en salirle al paso al representante estudiantil en defensa de Plutarco. Así concluyen sus investigaciones sistemáticas sobre Farmacología. En el laboratorio de apoyo a su ejercicio profesional prosigue sus investigaciones sistemáticas sobre flora ecuatoriana alergógena, producción diaria de los pólenes y determinación del calendario polímico. Tanto sus estudios sobre farmacología como los de alergia son presentados en congresos internacionales y publicados en el país y el exterior en libros y revistas. Comenzando por Eugenio Espejo, a Naranjo y a los tropicalistas y biopatólogos nacionales se les debe el mérito de que nuestro país exista en el imaginario de la comunicad científica internacional.
Quinientas publicaciones constituyen el legado del gran ambateño. Plutarco Naranjo, uno de los intelectuales más destacados del siglo XX iberoamericano: médico, botánico, investigador científico, catedrático, historiador, articulista de opinión, ilustrado en la extensión de la palabra. Plutarco Naranjo es de los que se van, pero se van sin morirse.