El Código Orgánico de Promoción, Comercio e Inversiones (COPCI) creó el marco legal para atraer la inversión privada. Prevé la celebración de contratos de Inversión que garantizan la estabilidad del marco jurídico que las regula y crea incentivos tributarios para proyectos productivos convenientes para el país.
El ministerio de Finanzas, que no debe tener como única meta el control del gasto fiscal, sino también recortar la abultada grasa del sector público, dictó en junio de este año un acuerdo ministerial por el cual creó un “techo para el gasto tributario anual para el 2024 de USD 104,9 millones para los incentivos tributarios…” previstos en el COPCI. El Ecuador tiene una antigua corruptela de modificar las leyes a través de normas de menor jerarquía, en abierta violación de la norma constitucional que prohíbe hacerlo. A su vez, el Comité Estratégico de Promoción y Atracción de Inversiones dictó en junio pasado una resolución para “optimizar la aplicación de incentivos tributarios para nuevas solicitudes…” pero simultáneamente encontró la manera de hacerla aplicable a las solicitudes en trámite.
Como consecuencia de lo anterior, de 80 solicitudes de contratos de inversión actualmente en trámite, en este año 2024 solamente se podrían aprobar 15 para cumplir con el cupo determinado por Finanzas, lo cual, más allá del negativo mensaje que se da a los inversores, dejaría de lado proyectos de generación eléctrica que hoy son de la más alta prioridad para evitar los terribles apagones que, según los expertos, se presentarán antes de fin de año.
El país está gastando enormes cifras en la compra de energía eléctrica a Colombia, que bien pudieron destinarse a inversión en nuevos proyectos de generación. Según cifras del CENACE, entre los años 2020 y julio de 2024, se han pagado 421’891.000 dólares por compra de energía eléctrica. De esta cifra, 281 millones corresponden a 2023 y 91 millones hasta julio de 2024.
Es evidente el enorme gasto público que se desbordó en la década perdida, que cuesta reducirlo, pero un crecimiento sostenido de la economía de al menos del 5% anual -frente al raquítico 0,9 previstos para este año -será imposible sin inversión importante del sector privado.