Realmente obsceno

'Un diputado que dona casi todo su sueldo pide que los legisladores cobren lo mismo que un docente" (elcivico.com) fue un titular reciente en muchos medios de Argentina.

Se trata de Nicolás del Caño, joven diputado nacional por Mendoza del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, FIT, quien además señala que "es una provocación que los políticos ganen 10 veces más de lo que percibe cualquier trabajador" y que presentará un proyecto de ley para que los legisladores de su país perciban un sueldo similar al de un profesor. "Queremos terminar con una casta de políticos que está alejada de la realidad. Es realmente obsceno pasar de cobrar 40 000 a 50 000 pesos, cuando un empleado gana en promedio unos 4 000 pesos" reafirma Nicolás.

Tal noticia lleva inevitablemente a poner los ojos sobre nuestros asambleístas. ¿Cuánto ganan y cuánto trabajan? ¿Si trabajan, cuál es la calidad y cantidad de su labor? ¿Cuánto legislan si probablemente muchas de las leyes les vienen hechas desde el Ejecutivo? ¿Fiscalizan? Nunca. ¿Qué hacen entonces? Para ser justos hay que reconocer que algunos asambleístas trabajan duro, pero ¿Cuántos y quiénes? ¿Serán 10, 20 o exagerando 30 de los 137? ¿Cuán real es el rumor que la mayoría de los integrantes del bloque oficialista, que son más de 100, calientan el asiento? ¿Qué pasa con el bloque de minoría? ¿Qué hacen frente a una mayoría que lo controla todo, que no les permite moverse… también calientan el suyo? Son contados con los dedos los que opinan, informan o están en los medios expresando su voz opositora.

¿Cuánto gana mensualmente cada asambleísta? ¿Cuánto ganan los asesores? ¿Cuántos millones del presupuesto nacional nos cuestan mantener estos 137 ciudadanos y ciudadanas, algunas de ellas sin voz, censuradas o autocensuradas? Para salir de dudas y del mundo de la especulación, hoy que se ha puesto de moda en el país la evaluación, estas y otras preguntas debieran ser evacuadas por una veeduría ciudadana objetiva e independiente del poder. Tal instancia debería activar un mecanismo efectivo de rendición de cuentas que permita transparentar el trabajo de esta importante función del Estado.

Si el resultado del examen informa de eficiencia, aplausos. Pero si emite un informe negativo, ¿qué hacer? Uno, rectificar, pero la rectificación va más allá de la voluntad de los asambleístas. Tiene que ver con un modelo político y una estructura "partidaria" altamente centralizada en la que no influyen. Dos, aplicarles su recientemente aprobado código penal por "mala práctica profesional" con la consiguiente condena. Tres: pedirles que hagan suya la iniciativa del diputado izquierdista y revolucionario argentino: rebajarse el sueldo. ¿Qué dicen de esto nuestros 100 asambleístas y revolucionarios (as) del siglo XXI? ¿Qué decimos nosotros ?

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