No me refiero a quimera, el monstruo mitológico imaginario con cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón, aludo al ensueño, a la ilusión, a la dudosa esperanza que, en el año que se inaugura, se desvanezca el muro de los lamentos al que acuden, verbal y permanentemente, aquellos políticos cínicos que, sin hacer ningún esfuerzo por esconder o disimular el exagerado enriquecimiento ilícito, obtenido en los 10 años del mayor atraco que ha sufrido nuestro país, en toda su historia, se presentan ante sus enceguecidos y engañados seguidores como perseguidos políticos.
Con muchas dudas y con un optimismo ilusorio soñamos que ese conglomerado negativo, que permanece escudriñando todo aquello que puede desfigurar el trabajo de los gobiernos legítimamente establecidos, para criticarlos y desestabilizarlos, cambie su anclado, vetusto y único objetivo: limpiar el prontuario de sus líderes corruptos y que, en un giro patriótico y mágico, piense alguna vez en el país que, atestado de problemas muy serios, necesita del trabajo positivo de todos los ciudadanos. Deben romper las ataduras viciadas con sus ambiciones mezquinas de saciar su sedienta codicia y rellenar nuevamente las alforjas sin fondo que abundaron en el prolongado período robolucionario.
Vemos un desfile de candidatos de todo tipo y color; sobresale un recién llegado al país, una vez prescrita la acción penal por el delito de instigación, que no tiene empacho en ofrecer descalabrar a la justicia y expresa a viva voz, cuál júpiter tonante, sin ningún recato y en tono desafiante, que trabajará incansablemente por el triunfo de la candidata del correísmo, para, haciendo caso omiso de sentencias y condenas, traer a los prófugos liderados por el expresidente que está en Bélgica y liberar al exvicepresidente encarcelado en la prisión de alta seguridad, La Roca. La mencionada candidata que dice pedir licencia en su trabajo, para dedicarse a su campaña, no indica en que lugar trabaja, pues desde tiempo atrás no se ha detectado en ella ninguna otra actividad que el proselitismo político intenso, cuyo financiamiento es desconocido. Hay candidatos que ofrecen cosas y cosas; pero no piensan en solucionar las urgencias que inundan al país, no se dan cuenta de que el IESS necesita soluciones urgentes a una problemática por demás desmenuzada, estudiada, analizada, pero no corregida por falta de la voluntad política, que supere al obstruccionismo permanente de grupos dirigenciales que marchan, gritan y con actitudes beligerantes, impiden aplicar las indispensables modificaciones necesarias para alcanzar la sobrevivencia institucional. Sería admirable que algunos de los aspirantes a asambleístas incluyan en sus proyectos de acción el salvataje al IESS.
¿Existirá algún candidato que se ofrezca trabajar por la instauración del Sistema Nacional de Salud, cuya ley reposa en los archivos de la Asamblea?
¿Podemos soñar en que tal vez se haga efectiva la conjunción de voluntades de varios asambleistas para modernizar el antiquísimo código de trabajo y abrir las posibilidades de incrementar las oportunidades laborales.? ¿Será posible que aparezca algún candidato que vele por la modernización de la educación y la multiplicación de escuelas y colegios en todo es país, incluyendo a las áreas rurales?
Es absolutamente necesario recuperar la seguridad y combatir al crimen y a la narco-delincuencia, ¿podremos esperar que los próximos funcionarios electos puedan fortalecer y apoyar la implementación de medidas que frenen la inseguridad y el crimen organizado?
Anhelamos que el sentimiento de patria se imponga en la integración de la próxima asamblea y se abandone la malacostumbrada acción partidista de elegir a delincuentes o gente sin adecuada educación, que avergüenza al parlamento a través de sus actuaciones groseras y ordinarias, que manchan las curules desde las cuales emiten insultos y señas llenas de morbo y mala educación.
Soñemos que es posible engalanar al país con representantes y autoridades dignas que privilegien, con patriotismo, la reivindicación nacional e impongan el trabajo honesto que minimice y anule las taras de proteger y dar oportunidades a delincuentes y prontuariados.