Ahora no necesitamos izquierdas ni derechas, necesitamos empleo formal y trabajo digno, con afiliación al IESS, para dos de cada tres ecuatorianos en edad de trabajar. Para eso hace falta inversiones serias de nacionales y extranjeros para proyectos rentables en donde trabajadores e inversores ganen. Ellas vendrán cuando tengamos una economía predecible, hayamos bajado el déficit fiscal y el riesgo país que ahora supera los 800 puntos. Esto que no es posible sino a base del compromiso de todos, reclama un liderazgo impoluto del presidente Lasso y que la Asamblea no se aísle de la angustia de la gente.
No podemos seguir en la dramática situación actual, viviendo con más endeudamiento, siendo un país lento, perezoso y carente de una visión futura; con políticos obsoletos que no salen de sus lugares comunes, sin aportar argumentación alguna sobre políticas de Estado frente a problemas graves. Los asambleístas deben tener sentido de lo importante para adoptar una postura razonada, dejando de hablar de polvo que se lleva el viento. Algunos han resuelto no leer siquiera el texto y decir que “hagan no más la consulta”. Para esto no los eligió el pueblo y están demás.
Soy un social demócrata que siempre ha opinado con independencia y ahora es preciso decir que debemos hacer sacrificios para salir de la precariedad de la mayoría de ecuatorianos, de la desigualdad creciente que nos divide entre “ellos y nosotros”, sin los cuales el estallido social será inevitable. Por eso no estoy de acuerdo con la eliminación del impuesto a las herencias, ya que no es justo y contradice el concepto de equidad social. Es un deber moral que quienes reciban grandes riquezas, como las del presidente Lasso, paguen por una vez un impuesto a este ingreso, que hoy no rinde mucho porque las fortunas están en el exterior. Para no afectar a la clase media se puede elevar la base imponible de este impuesto a US$ 150.000.
Nadie puede estar en desacuerdo con el principio del que gane más pague más impuestos, pero es preciso convencer a la clase media mediante una comunicación pedagógica sencilla sobre lo que le tocaría pagar a los que ganan cada año más de US$ 24.000. Igualmente hay que decir ejemplos prácticos del impuesto temporal a los que han acumulado riqueza a lo largo de su vida -a veces manipulando la base imponible que es tan importante como la tasa del tributo- para hacer un patrimonio sobre el cual deben aportar.
Queremos empleo de calidad para los jóvenes, hombres o mujeres. Para los que fueron despedidos por la pandemia o con el pretexto de ella. Lo que se propone en el sector laboral no es correcto porque con el Código de Trabajo vigente, el Ecuador es competitivo en todos los productos que exportamos porque en esos sectores hay buena gestión empresarial.