Cualquier plan económico que presenten los candidatos a la Presidencia deberá enfocarse principalmente en el crecimiento de la economía, ya que sin crecimiento no habrá empleo. Y si no hay nuevas oportunidades laborables, sobre todo para jóvenes y mujeres, tampoco habrá una sociedad ecuatoriana inclusiva y más igualitaria.
Por eso, el hundimiento de la economía en el segundo trimestre de este año (-12,4%) es una pésima noticia para los trabajadores, formales e informales. Los primeros vieron cómo se perdieron miles de empleos o cayeron los salarios por la reducción de las jornadas de trabajo. Los otros ahora tienen más competencia, ya que el sector informal acogió a los nuevos desempleados.
Lo anterior fue producto del desplome de todos los componentes del producto interno bruto (PIB), y que hacen posible la generación de empleo: consumo, inversión, gasto público y balanza externa (exportaciones menos importaciones).
Para empezar a reactivar la economía, el actual y los próximos gobiernos deben actuar en esas áreas, con políticas y medidas que incentiven el consumo, fomenten la inversión nacional y extranjera, hagan eficiente el gasto público y dinamicen el comercio internacional.
Ahora está más claro que la reactivación económica ya no puede basarse en el gasto público como ocurrió en el pasado, porque no hay suficientes recursos y tampoco es sostenible más endeudamiento. Por ende, será poco creíble una propuesta de generación de empleo sustentada en la mayor intervención del Estado en la economía.
Del otro lado, si bien la empresa privada debe convertirse en el motor de la economía y del empleo, hay que identificar qué sectores pueden acelerar la reactivación y qué reformas se necesitan para que fluya la inversión a los sectores más dinámicos.
En medio del desplome de la economía en el segundo trimestre del 2020, el único sector que creció fue la acuicultura y la pesca de camarón, producto de la mayor demanda, básicamente de China. La alta dependencia de este mercado, sin embargo, lo ha vuelto vulnerable, como se ha evidenciado en los últimos meses.
La agricultura es otro sector con alto potencial, sobre todo aquella orientada al mercado internacional. Si bien la agricultura se contrajo 1,2% en el segundo trimestre, hubo productos que experimentaron un aumento, como el cultivo de banano y cacao, los cuales tienen una mejor diversificación de clientes en el exterior.
En la manufactura también hubo industrias que tuvieron un desempeño positivo pese a que el sector cayó. Por ejemplo, el procesamiento y conservación de camarón, la elaboración de productos de molinería, panadería y fideos, la elaboración de otros productos alimenticios, etc.
Las opciones de reactivación de la economía y del empleo están el sector privado, en las empresas pequeñas y grandes, nacionales o extranjeras. Cualquier plan de los candidatos debiera tener eso muy claro.