Todo apunta a que se cumplirá la oferta de inocular a nueve millones de personas en los 100 primeros días del Gobierno, gracias a un trabajo conjunto entre entidades públicas y privadas. Lo anterior es fácil decirlo, pero en el país abundan los ejemplos de planes similares que no han pasado del papel.
Este primer paso es clave por varias razones. Por un lado, la palabra del Presidente gana credibilidad porque podrá evidenciar con hechos lo que ofreció en campaña electoral. Por otro lado, deja en evidencia que las alianzas público-privadas pueden funcionar si se tienen objetivos claros y gente competente en ambos lados.
Y esto último es fundamental para la gestión del Régimen en los próximos meses y años, ya que su programa de gobierno se fundamente en una mayor participación del sector privado en la economía.
Si bien el plan de vacunación tendrá nuevas etapas, ya que la pandemia no ha terminado y se requiere aumentar el número de inoculados en el país, ya no tendrá la misma prioridad ni el mismo interés.
La ciudadanía siente que el plan de vacunación funciona y que la probabilidad de morir por covid está disminuyendo. Entonces, las preocupaciones de la población en la ‘nueva normalidad’ se concentrarán en mejorar las condiciones de vida, lo cual pasa por tener un empleo formal y un salario que cubra sus necesidades básicas, emprender un negocio, caminar por la calle sin temor a sufrir un asalto o garantizar que los niños y niñas puedan tener una mejor educación.
A partir del próximo mes, cuando se cumplan los primeros 100 días del Gobierno, el país ya estará esperando los siguientes pasos en esa dirección. El Presidente de la República anticipó que una de las nuevas prioridades será mejorar el empleo, aunque ese es un resultado de varias acciones en diferentes áreas y que deben plasmarse en un plan económico viable.
Ese plan aún no está muy claro. Las autoridades de Gobierno han hecho varios anuncios por separado, los cuales deben articularse en un solo proyecto que tenga metas claras, como en el plan de vacunación.
Desde que el Gobierno asumió el poder, hace 92 días, se han tomado varias decisiones en materia económica: eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles (gasolinas y diésel); reducción de aranceles, básicamente a materias primas e insumos; emisión de decretos para impulsar la producción petrolera y minera con participación privada; eliminación del impuesto a la salida de divisas (ISD) para las aerolíneas. También se trabaja en la nueva metodología para establecer las tasas de interés y se negocia con el FMI las nuevas metas para un acuerdo que permita contar con financiamiento a mediano plazo.
Todo lo anterior es válido, pero debe estar articulado en un plan donde se vean las prioridades del Gobierno, las metas cuantificables y los recursos que se asignarán para cumplirlas. El nuevo Presupuesto dará más pistas de un plan que está en construcción.