El modelo creado por los Castro es el Estado proxeneta. Casi todos los ingresos que sostienen al país provienen de oscuros negocios realizados en el exterior.
Subsidio venezolano. Calculado en 13 000 millones de dólares anuales por el Carmelo Mesa Lago, decano de los economistas cubanos. Eso incluye más de 100 000 barriles diarios de petróleo, de los cuales la mitad se venden en España. Otros 30 000 irían a Petrocaribe, originando una doble corrupción de apoyo político y enriquecimiento ilícito.
Esta información, de Pedro Mantellini, experto en el tema, la explicó a María Elvira Salazar en CNN Latino. Caracas compra influencia internacional mediante el petróleo, dádivas que comparte con los Castro.
La trata de médicos y personal sanitario. Alcanza siete mil quinientos millones de dólares anuales. María Werlau describió la actividad en The Miami Herald. El régimen arrienda a sus profesionales. Les confisca el 95% del salario. Angola paga hasta 60 mil dólares anuales por facultativo.
Ni la ayuda a Haití escapa. Los servicios prestados al devastado país son abonados a la isla por organismos internacionales. Brasil es el último gran socio de esta oscura actividad. Una práctica de los negreros cubanos hasta 1886. Aquellos amos arrendaban esclavos cuando no los necesitaban.
Lo más rentable eran las muchachas mandadas a los burdeles. Eran empresarios-proxenetas. Ahora es un Estado-proxeneta.
Otros alquileres, otros negocios. El régimen arrienda otros profesionales a empresas privadas. Hay universidades latinoamericanas que contratan servicios de buenos profesores en matemáticas o física a precios de saldo. Existen compañías europeas y latinoamericanas que explotan a técnicos en informática de la Isla. Los Castro saben que un profesional bien instruido es improductivo en Cuba, dado su demencial sistema empresarial, pero no si lo colocan en el exterior.
Objetivamente, ese régimen es una gigantesca empresa de subcontratación laboral que viola todas las reglas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Para eso vive.
Las remesas de los exiliados. Emilio Morales, experto en el tema, sitúa estos ingresos (2012) en más de 5 mil millones de dólares. La mitad, aproximadamente, enviada en efectivo y el resto en mercancías. Crece al ritmo del 13% anual.
Por cada balsero escapado, el régimen sabe que, tras un tiempo, fluirán dólares hacia la familia. En Cuba debía alimentarlo. En el exilio, es una fuente gratuita de recursos.
¿Hasta cuándo podrá Raúl Castro sostener a una sociedad casi totalmente improductiva mediante actividades que rondan o incurren directamente en el delito? No se sabe. Los proxenetas suelen tener larga vida.