Los desafíos del alto rendimiento
El reciente caso de Marcos Olmedo, futbolista ecuatoriano de El Nacional, vuelve a poner en evidencia la frágil formación con la que deportistas de élite navegan en el complejo mundo del alto rendimiento. Aunque la dirigencia del club habla de una situación involuntaria que no compromete el uso de sustancias sujetas a fiscalización, este caso desnuda el desconocimiento de aspectos básicos para un deportista de este nivel, como el dopaje y la gestión de marca personal.
La realidad de la mayoría de los equipos profesionales, salvo algunas excepciones, es preocupante. Aunque no hay un registro oficial, se presume que un porcentaje significativo de los más de 500 futbolistas que actualmente bordean el rango entre los 17 y 18 años no accederán a educación universitaria luego de culminar su bachillerato. Esto se debe a las brechas de conocimientos que podrían limitar el acceso a una institución superior, pero principalmente por la dinámica deportiva que en categorías superiores requiere de una disponibilidad casi que absoluta de tiempo y podría desencadenar en una situación de deserción.
Otro caso que produjo posiciones polarizadas fue la reciente inclusión de Darwin Guagua en el reciente partido de Eliminatorias con Chile, hecho que marcó su debut profesional con tan solo 17 años y sin ninguna experiencia previa en primera división. Desde la opinión deportiva, pocas voces se hicieron eco del tema desde una óptica que ubique al menor, sujeto de derechos y protección, en el centro de la discusión frente a otros temas menos importantes como su desempeño en cancha o las sospechas de injerencias externas en las convocatorias. Este caso es excepcional debido a que el jugador cuenta efectivamente con espacios de contingencia y apoyo psicoemocional en su Club a través del área de desarrollo humano “IDV Social” y el apoyo de docentes y tutores de su Colegio Reinvented IDV. Darwin de hecho es uno de los estudiantes más destacados a nivel académico. La realidad de cientos de adolescentes que buscan oportunidades en el fútbol difiere de este caso y podrían estar viviendo situaciones similares por las presiones del profesionalismo y otras situaciones de carácter socioeconómico. De qué manera han podido sobrellevar esta situación, qué instancias están velando por sus derechos, cómo está su situación educativa, son cuestionamientos que deberían recaer en los clubes y otros actores clave inmersos en el fútbol.
Hacia un modelo centrado en habilidades para la vida y medios de vida
El fortalecimiento de habilidades para la vida es una dimensión formativa que muchos colegios e incluso universidades empiezan a incluir de manera sistemática en sus modelos pedagógicos. Debido a las implicaciones de la alta competencia, el dominio de ciertas capacidades como la disciplina o el trabajo en equipo puede marcar la diferencia entre que un deportista llegue o no a la élite.
El éxito de un modelo educativo para deportistas radica en la complementariedad entre habilidades para la vida y otras herramientas pragmáticas como la gestión de patrocinios, el manejo de medios y el dominio de idiomas que son fundamentales para su vida profesional. La construcción de un plan de medios de vida también es esencial considerando el corto tiempo de duración que tiene una carrera deportiva y el rigor que implica el alto rendimiento. Hay una vida por delante para ellos luego de que la competencia culmina.
Actualmente, existen pocas opciones de educación formal especializada para atletas de las que se puede destacar el proyecto Reinvented Independiente del Valle, el único Club con Colegio propio que se sustenta en el desarrollo de la autonomía como factor diferenciador y la personalización de contenidos. Aucas brinda el complemento educativo a sus deportistas de formativas a través de convenios con otros colegios como la Unidad Educativa Nuevo Ecuador. Liga, por su parte, tiene un modelo parecido al de su clásico rival a la par de su propio Colegio que está más orientado hacia un público particular.
Desde el Tercer Sector se han desarrollado iniciativas de educación no formal interesantes. Es reseñable el Programa Deportivo de CRISFE, que impulsa espacios complementarios formativos a más de 20 deportistas élite del Club Universidad Católica y de otras disciplinas. CRISFÉ también impulsa el modelo Comuna que tiene como uno de sus ejes de acción el School for Athletes. FUDELA, una de las organizaciones referentes en el deporte social ha implementado varios procesos de educación no formal con equipos profesionales femeninos como Deportivo Cuenca, Guerreras Albas, y Dragonas IDV, en el marco del programa Cambiemos El Juego que es una iniciativa de CHUBB Seguros. Sportika por su parte cuenta con un programa que incorpora servicios para deportistas de nutrición, preparación física, masaje deportivo, odontología y psicología deportiva. Otro caso interesante es el de Ingeniería Deportiva, una consultora guayaquileña que trabaja de la mano con Iñaki Alonso de Kunina en temas de protección de derechos de la infancia.
El rol de otros grupos de interés
Los diferentes agentes que influyen en los procesos de formación de deportistas, directivos, representantes, scouts, periodistas y cuerpos técnicos, no deberían estar exentos de espacios de actualización. Recientemente, la Federación Ecuatoriana de Fútbol reunió a los oficiales de protección de clubes profesionales para un curso de actualización de conocimientos en el marco del programa de salvaguardas “Guardianes FIFA” que es un eje clave de su modelo de gobernanza. Aunque se han dado pasos importantes como estos, aún hay mucho por hacer en el alineamiento y articulación de protocolos y otros esquemas de atención a situaciones de posibles vulneraciones de derechos.
El rol del MINEDUC también es crucial para prevenir casos de deportistas alejados del sistema educativo y promover innovaciones desde espacios de construcción de política pública. En este sentido, las mismas entidades deportivas deben colaborar para generar una base actualizada que permita tener trazabilidad en la escolaridad de sus deportistas. La academia, principalmente desde las carreras de pedagogía y educación, también pueden generar aportes importantes en la adaptación curricular y la innovación de nuevos esquemas de enseñanza aprendizaje para este tipo de necesidades educativas.
Como reflexión final, la formación integral debe ser un aspecto prioritario para quienes lideran las entidades deportivas. Aunque existe una mayor preocupación por el bienestar integral de los deportistas que se ve plasmada en diferentes iniciativas a nivel socio educativo, aún queda mucho por hacer. El mayor riesgo de no contar con este tipo de procesos es que muchos de estos jóvenes terminarán engrosando los números de “NINIs”, jóvenes que ni estudian ni trabajan y que podrían quedar expuestos a otras situaciones como la delincuencia, el consumo de drogas y otros riesgos que atenten a su bienestar mental como la depresión y el suicidio, que es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 19 años según el INEC.