‘Prohibido permitir’

El verdadero sentido de la legendaria frase “prohibido prohibir”, convertida en una de las banderas de la rebelión estudiantil del Mayo 68, era “prohibidos los inquisidores que quieren salvarnos de lo que somos, por nuestro bien”.

Lo dice el filósofo español Fernando Savater en su artículo “prohibido permitir”, en Diario El País.

En su reflexión, Savater expresa la tragedia que vive su país en manos de una izquierda torpe, especialista en prohibir, y una derecha incapaz de ser una alternativa a esa izquierda.

Savater parecería estar hablando del Ecuador y no de España, en especial por esa vocación inquisidora de la izquierda que dice gobernarnos (o del gobierno que dice ser de izquierda) y de una oposición que no logra articular alternativas sólidas y creíbles.

La consulta del próximo sábado 7 de mayo parece esconder, precisamente, las intenciones de aquellos que de manera tan certera describe Savater: “inquisidores que quieren salvarnos de lo que somos, por nuestro bien”.

Qué absurdo resulta, sin embargo, que el Gobierno de la Revolución Ciudadana (por ahora dejémoslo así, en mayúsculas), presunto representante de quienes luchan por la libertad, la justicia, el cambio y la equidad, subestime no solo al país, en general, sino a sus propios seguidores (su“puestamente, los ciudadanos).

Porque no es otra cosa que subestimar a sus ciudadanos hacerle preguntas con doble intención (esa doble intención o doble moral que tanto critican cuando denostan y descalifican a todos sus adversarios).

A los ciudadanos, a “sus” ciudadanos, quieren hacerles creer que los beneficiará la creación de un consejo nacional de inquisición, es decir, un tribunal o un grupo de funcionarios “revolucionarios” que controlarán lo que debamos o no debamos ver, leer, expresar o escuchar.

Y entonces les piden votar sí para que sean más libres, para que reciban una comunicación más democrática, para que les lleguen noticias positivas, bienintencionadas, esperanzadoras.

¿En qué están pensando aquellos “inquisidores que quieren salvarnos de lo que somos, por nuestro propio bien”?

¿En un noticiario radial feliz, donde solo ocurra lo que el poder quiere que ocurra?

¿En un informativo de televisión donde la felicidad se exprese en cifras comparativas con gobiernos del pasado que duraron mucho menos que el actual?

¿En periódicos oficiales y oficialistas donde el protagonismo no es de la gente común sino de los más altos funcionarios?

¿En páginas web, Facebook y twitters desde donde se bombardean boletines convertidos en informaciones unilaterales?

El voto por el sí en esa pregunta será agachar la cabeza y someternos “a los inquisidores que quieren salvarnos de lo que somos”.

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