Producir distinto

El nuevo período de Rafael Correa se caracteriza por el énfasis en el cambio de matriz productiva. Una insatisfacción con lo que se produce hoy y una promesa de acelerar a fondo para que en este cuatrienio cambiemos lo que producimos, haciendo crecer la industria.

Para que una economía emergente alcance un mayor nivel de desarrollo y su población aumente sus ingresos, es necesario industrializarse. Este "cambio de la matriz productiva" es un noble objetivo. Pero de las múltiples declaraciones oficiales, no queda claro que la estrategia esté bien enfocada.

Hay un exceso de énfasis en macro-proyectos escogidos por el Estado. Se desprecia la importancia de las exportaciones primarias. Y muy poco énfasis en diversificarnos a partir de lo que ya sabemos hacer.

La estrategia no debe ser reemplazar lo que ya producimos por otros rubros, sino producir otros rubros además de los que ya tenemos. Exportar productos primarios no es ninguna vergüenza.

Australia es un país de alto desarrollo que exporta sobre todo bienes primarios. Canadá, igual. EE.UU. es gran exportador de alimentos, sobre todo trigo y maíz. Argentina tiene en soya, trigo y carne de vacuno sus fortalezas exportadoras.

Los primarios de hoy incorporan un fuerte valor agregado. Flores consta en la categoría de primarios, pero se las cultiva en invernaderos bajo condiciones controladas, hay que buscar las variedades que requiere el mercado: no es cortar flores silvestres. El camarón requiere la existencia de laboratorios para mejorar la calidad de la larva que se siembra, para obtener mayor rendimiento y resistencia a plagas.

Las declaraciones sobre la matriz productiva comienzan resaltando la inversión en hidroelectricidad. Cierto, es importante, pero la contratación de esas obras corresponde al período que ya feneció, aunque los resultados los veamos hacia fines del período actual.

El proyecto estrella para este período sería la Refinería del Pacífico, ya que según el Gobierno, el Gobierno chino habría confirmado el financiamiento y la participación como socia de la empresa estatal CNPC.

Es poco prudente que el Estado invierta en este tipo de proyectos. Requieren alta inversión, involucran alto riesgo, y si algo va mal pagaremos todos los ciudadanos. Pero si sólo invirtieran privados, y el negocio va mal, son ellos los que pierden. Si va bien, el Gobierno se beneficia por los impuestos directos y los indirectos que pagan lo que se benefician por el auge que traería la refinería.

Más importante para el desarrollo sería la diversificación a partir de lo que sabemos hacer: otros cultivos que utilicen la tecnología desarrollada para las flores; la maricultura en que emprenderían quienes tienen experiencia en la acuacultura. Optimizar las ventajas que no da nuestra geografía.

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