Una breve información de la prensa de Lima, publicada en este Diario el 16 de mayo, titula: “Nueva decepción del Congreso del Perú”. “De 1.200 encuestados que contestaron a la pregunta ¿Qué nota de 0 a 20 le pondría a la labor del Parlamento? El promedio de calificación que sacan nuestros congresistas es 0.7 puntos. Ninguna bancada, en realidad tiene una nota aprobatoria. Este es un resultado que debe preocupar a los legisladores”.
¿Qué pensar de nuestra Asamblea?
Publica El Universo de 15 de mayo: “La Asamblea costeó solo en pasajes cerca de USD 300.000. Unos 164 viajes de los Legisladores y hasta el otro lado del mundo. Viajes realizados desde junio de 2017 hasta el 7 de marzo del 2018”
La información da cuenta que tales viajes llegaron, entre otros lejanos países, a Bielorusia, Indonesia, Tailandia, Bélgica, Rusia, Islandia e Italia”. Y anota: “Gasto global y de últimos viajes no se conoce”. “En la página web de la Asamblea no se incluye toda la información referente a los viajes, como lo dispone la Ley de Transparencia y Acceso a la Información”, añade.
¿Qué acontece dentro de nuestra Asamblea? EL COMERCIO (15 de mayo) informa sobre los legisladores más ausentes a las votaciones. Menciona al Sr. Patricio Mendoza quien no acudió a 113 de 301 sesiones, porque –según él- asiste únicamente a las que considera importantes. En la lista de asambleístas con mayores ausencias hay cinco legisladores más, que es de esperar corrijan su conducta. Igualmente, nombres de aquellos con mayor asistencia: Carlos Cambala, César Carrión, Absalón Campoverde, Jorge Cárdenas y Pedro Curichumbi.
El asunto de los viajes no es nuevo, ni en el Congreso, ni en el Ejecutivo, ni en la Función Judicial. Hay invitaciones extranjeras, congresos internacionales, intercambio de experiencias. Mas, cuando estamos endeudados hasta las cejas, los viajes deberían limitarse a los indispensables. Los demás, bien pueden ser confiados a nuestros embajadores.
En el periodismo de antaño se destacó un valioso profesional -Luis Cabezas- quien comentando en el círculo de reporteros se ocupaba del tema y –en broma- decía, en cuanto a los ingresos de altos funcionarios: el sueldo es solo para los cigarrillos, lo importante son los “adicionales”, entre ellos los viajes.
Evidentemente, el prestigio de la Asamblea no puede ni debe depender de un pequeño grupo de faltones al trabajo, pero es indispensable informar a dónde viajan, qué hacen, cuál es el fruto de su viaje, a fin de eliminar la idea de paseos de turismo.
Por falta, no vaya a sucederle lo que al Congreso del Perú. Por reserva que se dé a los gastos del funcionamiento, con leyes y reglamentos para convertirles en secreto, alguna vez salen a la luz.