No queda otra alternativa que presionar cívicamente a los actores de la política –dirigentes de partidos, movimientos, asambleístas- para que con respeto al ordenamiento jurídico despierten y piensen en las nuevas generaciones y no en las próximas elecciones. No en el cálculo personal y grupal sino en un país que siembre esperanza, sin doble discurso ni doble moral.
Presión al CNE, que no demuestra interés ni oportunidad, en medio de la carrera contra el tiempo para que las reformas rijan en las elecciones del 2021 y por tanto debieran estar aprobadas antes de febrero del próximo año. La Constitución prohíbe introducir cambios al menos un año antes de los comicios. Los partidos no pueden seguir manchándose de corrupción, con financiamientos oscuros, doble contabilidad y aportes por decir lo menos dudosos porque amenazan a su sobrevivencia. Basta de medias tintas, de evadir y de darse las vueltas para no actuar con la urgencia que el caso amerita. Uno de los miembros del CNE elaboró un profundo proyecto de reformas y en lugar de sumar, añadir, corregir, cuestionar o recortar, su máxima autoridad y la mayoría que funciona no se ha preocupado del tema. Daría la impresión que están de acuerdo con el mantenimiento del actual estado de cosas y que simplemente se repitan hechos bochornosos como el caso del arroz verde del correismo y el financiamiento ilegal e inmoral de la campaña electoral del 2013-2014. Los aportes de empresas contratistas a las campañas de Alianza País, como confirmara una cercanísima colaboradora en Carondelet del hoy prófugo en Bélgica, no debieran repetirse.
Presión para que demuestren, no en el discurso, que no tienen compromisos ni están subyugados a los cálculos electorales de sectores interesados y que concrete el convenio con la Fiscalía, que hace tres meses había sido resuelto a fin de que se investiguen los dineros ilícitos y calientes en campaña, según se denunciara. Qué pasó con el escándalo por el caso arroz verde o se quiere que siga en la opacidad y la impunidad, como sucediera antes con las miles de firmas falsas.
Presión a la deteriorada Asamblea, reflejo de la frustración nacional, para que pare una reforma electoral que está a punto de ser aprobada en segundo debate, que no recoge los temas de fondo como el financiamiento de las campañas electorales, hasta que la sociedad civil, las organizaciones sociales y el gobierno presenten una reforma de fondo.
Según el experto hondureño de la Comisión Internacional Anticorrupción, Carlos Hernández, la raíz de todos los males actuales y es un problema serio el financiamiento de la política con fondos de bandas criminales, del narcotráfico, que debe ser enfrentado con decisión pero existe un discurso anticorrupción que se está volviendo populista.