Siempre es sano reconocer las virtudes de las personas y no solo ver sus debilidades. Luego de casi siete meses en el poder, el presidente Lenín Moreno ha demostrado ser un erudito en política y, como jefe de Estado, poner el ritmo de los temas nacionales y las decisiones del gobierno. Sin duda se evidencia que cuenta con buenos asesores políticos, pero no me queda la menor duda que la “torta” la parte él. Este liderazgo es bueno pues el Presidente tiene que ser la primera autoridad nacional, no por la fuerza sino por el ejemplo y el liderazgo que aplica.
En estos primeros meses ha logrado liderar su movimiento político, pues la gran mayoría apoya al presidente Moreno quedando unos pocos radicales del lado correísta. El CNE reconoce la directiva afín a Moreno mientras los grupos de oposición que fueron de Correa hoy están dispuestos a apoyar al nuevo Presidente. Los gremios empresariales, más allá de las críticas al tema económico, políticamente están también dispuestos a apoyar al reciente Jefe de Estado, como también lo están los banqueros. En la misma línea se ven a los medios de comunicación, quienes dan claras muestras de apoyo al Mandatario. La comunidad internacional está abierta a dialogar y conversar, así como el FMI tiene toda la disposición de llegar a un acuerdo si el país así lo decide. Al el ex-presidente Correa se lo ve como una vela que se va apagando gradualmente a pesar de sus acciones por “llamar la atención” . Las cifras de apoyo en cuanto a la gestión del nuevo mandatario reflejan porcentajes de aproximadamente un 74% según dos encuestadoras. Se le podría asignar una calificación de 10/10.
El gran problema es asignarle a la economía un rol secundario, no porque no sea importante para el Presidente sino por las acciones que se han aplicado en esta materia demuestran en la práctica no ser la prioridad del momento. Las acciones desarrolladas han sido dispersas, desconectadas unas de otras y, en algunos casos, contradictorias. El mensaje oficial no tiene la fuerza ni la dirección, ni la profundidad necesaria, el equipo económico es, utilizando léxico boxístico, “peso welter”, cuando el país requiere, funcionarios “pesos pesados”. No se trata de pedir que resuelva en 7 meses los excesos de una década completa, sino de iniciar las acciones que recuperen la estabilidad económica y abra la ruta para un crecimiento sostenido, pero en factores sólidos no en más deuda o atados a la suerte de precios mayores del petróleo. Muchos temas no han sido tocados: debilidad de las reservas internacionales, falta de acuerdos externos de comercio, altos costos de producción, problemas de deflación, alto riesgo país, endeudamiento caro y a corto plazo, excesivo tamaño estatal, instituciones sin autonomía (BCE o IESS) , marginal inversión extranjera, etc., etc. Cuidado que la espera de la Consulta debilite el resultado de la propia Consulta.