Pragmatismo comercial

La política comercial de Ecuador debe estar basada en el pragmatismo, alejada de caducos preceptos ideológicos que obstaculizan su desarrollo. Los acuerdos de comercio no deben constituirse un objetivo en sí mismo. Deben ser vistos como herramientas para lograr el mejoramiento de la condición de vida de los habitantes, que sirven para generar empleo y atraer inversión, procurando crecimiento económico a través del encadenamiento productivo.

La apertura del país a procesos de integración económica debe ser meditada y estratégica, que incremente exportaciones y otorgue estabilidad normativa a productores e inversionistas. La relación con Estados Unidos, principal socio comercial, es de singular importancia, pues se trata de una economía con una estructura productiva complementaria a la nuestra. El flujo de comercio existente entre ambos países supera los once mil millones de dólares, más del doble del que genera el exitoso acuerdo comercial con la Unión Europea.

Actualmente se encuentra vigente el Sistema General de Preferencias (SGP), un importante beneficio arancelario unilateral, de carácter temporal, que otorga Estados Unidos a un conjunto de productos ecuatorianos, cuya renovación está sujeta a revisión cada cierto tiempo. Esa condición de discrecionalidad y temporalidad, sumada a la dificultad de incrementar participación en el mercado estadounidense debido a umbrales máximos existentes que, al superarlos, desvanecen los beneficios arancelarios otorgados, hacen necesaria la suscripción de un acuerdo comercial que ofrezca crecimiento y certeza. Es preciso incorporar a más de 800 partidas arancelarias con potencial de exportación que actualmente no se benefician del SGP.

La tercera reunión entre los Concejos de Comercio e Inversión (TIC por sus siglas en inglés) de Ecuador y Estados Unidos, que se lleva acabo en Washington, es relevante para el futuro de las relaciones comerciales entre los dos países. El objetivo primordial de esta cita es procurar el inicio de la negociación de un acuerdo de primera fase, en donde se tratan temas importantes como facilitación de comercio o cooperación, sin abordar desgravaciones arancelarias. Un acuerdo de primera fase no requiere autorización del congreso norteamericano y se constituiría en antecedente importante para un futuro tratado comercial entre ambos países.

Estados Unidos acaba de elegir a sus nuevos gobernantes. Ecuador está próximo a hacerlo. Es deseable que la nueva administración norteamericana, incluya a nuestro país en el mapa de su próxima agenda comercial. En el caso del Ecuador, es importante que quienes aspiran a gobernar, aborden la relación comercial con Estados Unidos con pragmatismo y responsabilidad, entendiendo que la demagogia y el populismo no solucionan el principal problema del país: el empleo.

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