Fue una innovadora iniciativa de un joven presidente de vanguardia. Rafael Correa, a la vez que suprimió el paz y salvo –los ciudadanos teníamos que pedir permiso al Estado para salir del país- eliminó el visado. El hombre, ciudadano del mundo ya no sujeto del Estado. Además, medida favorable al turismo. Un habitante de Guadalajara o Monterrey ya no tendría que trasladarse al distrito federal para conseguir visa para visitar Ecuador. Pero los males que vinieron con la medida superan de largo sus bondades. Ecuador se volvió umbral de América a la inmigración ilegal y tráfico humano.
Repasemos noticias de últimas semanas:
-La Ministra Romo revela que tres integrantes del Estado Islámico detenidos en Nicaragua ingresaron a América por Ecuador;
-El diario Observer de s Kitts&Nevis, islas caribeñas, trae el artículo “Salida de África: Vienen a América Vía Ecuador”. Sostiene que Ecuador se está haciendo una reputación como una poco conocida puerta de entrada a la región para quienes huyen de África. En su mayor parte, vuelan a Quito y van por tierra hasta la frontera de México con EEUU.
-Associated Press reporta de solicitantes de asilo en Tijuana, y destaca la ola de cameruneses de habla inglesa que huyen la represión gubernamental, que entraron a América vía Ecuador y siguieron al norte en bus.
-ThePrint, diario de India, titula “Como los indios entran ilegalmente en EEUU: viaje sin visa al Ecuador, marcha a través de una selvática guarida de narcotraficantes”.
El visado selectivo debe reimponerse. Pero también combatir el tráfico humano.
En reportaje publicado en Hakai Magazine el 9 de julio, la periodista Sarah Tory narra como el detective privado von Hoesslin vino a Manta a investigar la desaparición del ciudadano americano Keith Davis hace cuatro años en el mar entre Ecuador y Perú a bordo del atunero Victoria 168 de propiedad taiwanesa y bandera panameña, y que se dirigía a Manta. Concluye que fue asesinado por dos misteriosos pasajeros de origen chino que embarcaron –y Davis fotografió- días antes de su desaparición. Por la bandera, la investigación estuvo a cargo de las autoridades panameñas, que trataron el caso como accidente. El Victoria 168 recoge carga de atuneros más pequeños, del mismo propietario, y los transborda al puerto de desembarque. Davis era el observador, cuya tarea era registrar de manera independiente la captura y transferencia de atún. Según von Hoesslin, información en la computadora de Davis apunta a que el Victoria 168 incurría en tráfico humano. Von Hoesslin colige de sus contactos en Manta que habría una organización clandestina extranjera en el país que falsificaría pasaportes y movilizaría a los ilegales por mar hasta Turbo, en Colombia, de donde tomarían rumbo al norte.
Otra mafia por desarticular.