Política exterior remozada y abierta al mundo
El Ecuador asiste a un nuevo momento, que también supone signos claros en el enfoque de su política exterior.
El Presidente insiste en su lema de varias campañas: ‘Más Ecuador en el mundo y más mundo en Ecuador’. Esto se cristaliza con la apertura y la potenciación de relaciones y acuerdos comerciales e intercambio, apoyo solidario y refuerzo científico y técnico, sin exclusión ni prejuicios.
La política exterior ecuatoriana debe estar en plena sintonía con los altos intereses nacionales, que responden a un Estado al servicio de la gente y la mejora de su calidad de vida y prosperidad personal y familiar.
Un puntal de una política exterior seria y abierta supone un equipo profesional, capacitado y experimentado. La carrera diplomática es fundamental. La cuota política en las embajadas debe ser limitada y en casos en que el Jefe de Estado lo considere indispensable para la nación.
Embajadores que acrecienten las oportunidades de atraer el interés mundial, los capitales y la cooperación cultural, solidaria y científica, la tarea primordial de estas embajadas.
Merecemos una política de Estado abierta al mundo, para adelantar acuerdos con todos los países del planeta que al Ecuador le interesen, así como a las oportunidades de expandir nuestras exportaciones.
El Acuerdo con la Unión Europea, desafortunadamente retrasado por prejuicios políticos en el pasado, es una señal clara de aspectos benéficos para los productos ecuatorianos.
La rémora ecuatoriana frente a los avances de Perú y Colombia retrasan la exoneración de la visa Schengen, posibilidad frenada por la pandemia.
Con México avanzamos para que Ecuador sea parte plena de la Alianza del Pacífico con otros países de América, un factor importante para impulsar la apertura mirando al Asia.
El aspecto migratorio es delicado. Se debe tratar con discreción y sentido humano la situación de extranjeros en el país y ser firmes en la defensa de los conciudadanos que buscan otros horizontes y son vulnerables.
La seguridad integral merece atento seguimiento a la geopolítica continental, cuyos efectos nos impactan.