La mayoría legislativa afín al oficialismo aprobó la primera reforma tributaria enviada días atrás por el Gobierno. No dudo que la segunda reforma impositiva, destinada a generar recursos para las zonas devastadas por el terremoto, también pasará, como se dice, “como por un tubo”.
La profundidad, dirección y oportunidad, que son las características que debe reunir cualquier decisión de política económica, tributaria o de otra naturaleza, no se cumplen con estas leyes. Se aumentan impuestos en recesión económica, política contradictoria con la oportunidad y con la dirección.
Es una coyuntura para congelar o reducir ciertos impuestos y se acaba de hacer exactamente lo contrario. La economía va de retro y hemos acelerado; es decir, hemos creado las condiciones para profundizar la recesión.
En una situación de equilibrio externo y fiscal, con liquidez suficiente en el Fisco y en el sector privado, es viable analizar ajustes impositivos, pero jamás si el momento es de crisis económica. Ajustes en precios de derivados o de impuestos se hicieron en otros países y en el nuestro pero en circunstancias económicas muy distintas.
No se entiende si es un problema de errores de diagnóstico de la situación económica, un problema político de no querer aceptar equivocaciones, falta de conocimientos o una mezcla de todas las anteriores. Lo único cierto es que buscar recaudar en recesión y sin liquidez, lejos de solucionar el problema, profundiza la crisis y no resuelve la falta de recursos.
La liquidez depositada en el BCE es insuficiente para los pasivos exigibles y el respaldo de tales obligaciones es solo parcial. Tampoco se puede observar la apertura de los balances del BCE para identificar el respaldo de cada obligación del ex Instituto Emisor. Sin embargo, se ha usado la plata de las reservas internacionales para prestarle al Gobierno bajo distintas figuras, como es la emisión de bonos de Estado y la compra de estos por parte del BCE. Se han emitido títulos de BCE para que se paguen obligaciones tributarias, ¿ con qué respaldo se ha hecho esto?
Se desconocen los contratos de deuda externa con la China y Tailandia, así como otras operaciones de endeudamiento como la pactada con la empresa Schlumberger.
Se supone que es información pública, por lo que no es admisible este secretismo si todo está en regla y es correcto.
En 9 años de bonanza no ahorraron nada y las carreteras y otras obras que tanto afirman son una forma de ahorro, no sirven para cubrir ni la baja del precio del petróleo ni para restaurar las zonas afectadas. El precio que le hacen pagar al sector privado por ese desorden fiscal y la ausencia de ahorros es más impuestos y más deuda. El que absorbe esto es el sector privado porque el Gobierno no reduce su gasto.
Deberían pensar que en un año ya no estarán. ¿Cómo van a explicar luego al país este manejo de la economía? Hoy arriba, mañana abajo.