Plan económico: Moreno o Correa

No hay que darle mucha vuelta al tema. Si no se cambia a las personas que están manejando la economía, el modelo aplicado durante la última década seguirá dando los mismos resultados. De ahí que los cambios que se den en el Gabinete darán luces de por dónde irá el plan económico que el Presidente anunció para la primera semana de marzo.

En los nueve meses que lleva la actual administración está claro que existen dos bandos en el Gobierno, similar a lo que ocurrió en el régimen anterior. En un lado están los que defienden el modelo basado en el gasto público, aquellos que buscan más ingresos fiscales, más proteccionismo y por lo tanto son proclives a poner medidas que limiten las importaciones, incrementen los impuestos y endeuden más al país.

En el otro lado están quienes son abiertos a firmar tratados de libre comercio, a dar más espacio a la empresa privada, a recortar el tamaño del Estado -aunque no saben cómo-, a reducir algunos impuestos y a bajar el endeudamiento público.

Y en el medio está el presidente Lenín Moreno, quien ahora tendrá que marcar el rumbo económico, pese a que en los últimos nueve meses no ha sabido para dónde tomar. Desde mayo pasado escuchó a los unos, conversó con los otros y al final se quedó en el modelo de Rafael Correa.

Lo evidenció en su proyecto de reactivación productiva del año pasado, que sirvió básicamente para obtener más recursos fiscales. El endeudamiento público no paró, el gasto creció y la tasa aduanera repitió la consigna de las salvaguardias: proteger los dólares.

Buena parte de quienes formaron parte del gobierno anterior promocionaron estas medidas y ahora participan en la elaboración del nuevo plan económico. Sin embargo, el Presidente también ha dado señales de cambio: transparencia en el endeudamiento público, renegociación de contratos petroleros, lucha contra la corrupción y apertura a la inversión privada. El plan económico reflejará si Moreno ofrecerá un modelo diferente al de Correa.

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