En política, hay lo ocurrido y burlón, también lo serio y preocupante.
Lourdes Tibán, el viernes 5 de marzo, en Teleamazonas, expresó que ve nervioso a Correa “lo tenemos pishindo, meando poquito a poquito en el calzón. Eso le está pasando al Presidente, si no estuviera pishindo en el calzón, no nos manda cadenas nacionales”.
En esa línea, algunos están extrañados por el silencio del hermano Fabricio, porque se divertían con aquello del “círculo rosa” y otras frases picarescas.
Pero lo segundo es lo grave. El Ecuador sin ética en el ejercicio del poder, de lo que se deriva la forma de gobernar y la debilidad de las instituciones.
El chantaje y la amenaza pasan de las frases a las componendas, los sábados la verborrea y luego los arreglos. Desde los grandes negocios hasta los de casas de juego han seguido ese proceso, con acusados que pasan a ser contratistas preferidos y aun a lo interno de la familia presidencial.
Se anuncian decisiones de demagogia, sin estudios ni cálculos que los sustenten, solo para generar expectativas.
El Presidente anuncia lo que ha sido un fraude en otros países, crédito para que los indios y los trabajadores suscriban acciones de cementeras y otras empresas, porque ser accionistas minoritarios, sin participar en la gestión de las empresas, no garantiza beneficios. Los que administren y coloquen sorbeteG para absorber todo lo que puedan, contraten personal y negocios, y ordenen los gastos, pueden pulverizar utilidades. Esa la experiencia.
El IESS es demostrativo. Es de los trabajadores, pero no bajo su gestión sino sometido al gobierno, por eso sus deficiencias, sus prestaciones se publicitan pero se incumplen, y sus inversiones son de baja rentabilidad. Los que requieren atención de salud y los jubilados viven la paradoja de ser dueños de la institución que los maltrata, porque se privilegia manejar sus fondos, antes que el beneficio de aquellos.
Los créditos externos a que se está comprometiendo Correa son gravementes onerosos en lo financiero y lo ético. El Estado antes no ha dado garantías específicas .
Hay el principio de ‘pari passu’, en contratos aún en vigencia, en el evento de que a un acreedor se le dé por contrato una facilidad o garantía, los demás acreedores tienen igual derecho. El crédito ya consumido de USD 1.000 millones de Petrochina a dos años plazo, de mediados del 2009, al costo de 7.25% anual, pagadero en petróleo, con entregas semanales, lo encubrieron como venta anticipada.
¿Qué van a hacer con Coca Codo Sinclair -inversión de cerca de 2.000 millones- y el crédito chino en que se exige garantía real o fondos en fideicomiso? Y esto con un brutal sobreprecio de la obra.
Lo cierto es que el gobierno de Correa ha degradado la firma del Ecuador. Ahora los prestamistas exigen garantía.