Los 5 pies del gato

La inveterada costumbre ecuatoriana de encontrar peros a todo lo que se hace o deja de hacer, se ha exacerbado con las preguntas para el referéndum y la consulta popular y las medidas económicas anunciadas por el Gobierno.

La crítica al autoritarismo de los diez años anteriores es generalizada. Unos más, otros menos, han censurado la concentración de poder, el abuso y el despilfarro de los fondos públicos, la falta de independencia de la justicia, la desfiguración de la realidad económica y la intención de perpetuarse en el poder.

Muchos más se han indignado al evidenciarse los actos de corrupción que han hecho metástasis, y que no son, lamentablemente, aislados. Así pasa, inevitablemente y en todo lado, cuando el control de todos los órganos de poder recaen en una persona y un partido.

El Presidente resuelve consultar al pueblo sobre varios aspectos que pueden conducir a cambiar esa realidad. La gran mayoría manifiesta su apoyo, y el momento que se presentan los textos a consultar empieza la danza de protagonismos para encontrar los cinco pies al gato. El país está aun secuestrado por esos diez años de control absoluto. No consideran que se requiere el dictamen de la Corte Constitucional -comprobadamente afecta a ese régimen que reprueban- que podría ver afectados sus intereses y lealtades con la propuesta, ante lo que hay que estar militantemente atentos. No toman en cuenta que hay un bloque parlamentario mayoritario que oscila entre el radical e irracional apoyo a todo lo anterior, por malo que haya sido, y la necesidad de reformas que no terminan de aceptar. Se presentan pedidos a la Corte Constitucional que lo único que van a lograr es que se retarde más su resolución, lo que agradará a más de uno de los que quieren seguir controlando el poder. Actúan como si existieran circunstancias ideales.

Lo mismo sucede con las medidas económicas. Si no se acepta todo lo que se pide es que hay indecisión, ceguera, continuismo. Se critica el déficit fiscal y se critica, al mismo tiempo, que no se disminuyan los impuestos, sin comprender que siempre hay tonos en las cosas y que mucho de lo aceptado, a más de positivo, es lo posible, como en el caso del anticipo del impuesto a la renta, que será eliminado en unos casos y devuelto cuando no se haya causado. Estar de acuerdo solo cuando beneficia un interés específico y no comprender la situación íntegra es maniqueo. Los periodistas pontifican, los empresarios protestan, abundan sabios y omnipotentes. En una consulta cuyo éxito o fracaso va a la par de la popularidad y credibilidad del Presidente, los protagonismos pueden ser nefastos.

Casi todos los críticos han clamado por el fin del abuso, la prepotencia y la arbitrariedad y cuando mal o bien se camina a conseguirlo, se dedican, intencionalmente o no, a buscar los cinco pies del gato.

Suplementos digitales