Una pequeña 'guerra fría'

Ucrania -47 millones de de habitantes, 603.700 km2 de territorio e importante posición geoestratégica en las redes de suministro energético- fue parte de la Unión Soviética hasta el colapso de ésta en 1991.

Entonces recuperó su independencia nacional. Pero en torno de ella se han dado frecuentes pugnas entre Rusia y las potencias occidentales. La propia población ucraniana está profundamente dividida entre una mayoría que simpatiza con Occidente y una minoría que tiene afinidad étnica, cultural y lingüística con Rusia y que se inclina hacia Moscú. En febrero del 2008 el presidente ruso dijo que se verá obligado a apuntar sus cohetes hacia Ucrania si el gobierno de Kiev admitiera en su territorio la infraestructura militar de la OTAN. Dos meses después el gobierno norteamericano acordó con la OTAN la instalación de un escudo antimisiles en Polonia y un radar ultramoderno en la República Checa. Lo cual levantó la protesta rusa. Serios conflictos internos se produjeron en Ucrania en abril del 2010 por su decisión parlamentaria de extender por 25 años la vigencia del convenio de 1997 que autorizó la instalación de la enorme base naval rusa en Sebastopol, frente al mar Negro, para el control de toda la zona.

La dirigencia política rusa abrigó siempre el temor de la incorporación de Ucrania a la OTAN, que ampliaría desde Polonia y Hungría hasta Ucrania su escudo antimisiles para protección de Europa frente a las amenazas del Oriente Medio.

La controversia actual estalló en noviembre cuando el Kremlin se opuso a que su vecina Ucrania celebrara un tratado de integración económica con la Unión Europea, ya que quería verla dentro de la Unión Aduanera formada por Rusia, Bielorrusia y Kazajistán. Putin manipuló las debilidades del presidente Viktor Yanukovich -quien hablaba como Stalin pero vivía como Rockefeller en sus suntuosas mansiones- y le hizo dar la espalda a Occidente y entenderse económica y comercialmente -y, por supuesto, políticamente- con Rusia. Entonces las calles de Kiev fueron invadidas por gigantescas movilizaciones populares de protesta contra la decisión tomada y de exigencia de la renuncia de Yanukovich y celebración de elecciones presidenciales anticipadas.

El parlamento ucraniano, cercado por las fuerzas populares opositoras, destituyó a Yanukovich, convocó a elecciones presidenciales para el 25 de mayo y designó presidente interino a Olexandre Turchinov con la consigna de cerrar las heridas abiertas por la crisis y de formar un gobierno de unidad nacional que preparase el proceso electoral.

El jueves pasado el parlamento regional aprobó la anexión de la península de Crimea a Rusia, decisión que fue rechazada por el gobierno de Kiev pero apoyada por Moscú, que desplegó 30.000 de sus soldados en la frontera con Ucrania.

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