Está por concluir sus funciones como centro penitenciario el “Penal García Moreno”, lugar emblemático, histórico, de terror y malos recuerdos para aquellas personas que fueron recluidas en sus instalaciones, pero una vez que ese edificio sea desocupado, el mismo debe tener una función, y qué mejor que convertirlo en un Museo de la Historia Carcelaria en el Ecuador, un Centro de Capacitación y Educación contra la Violencia, y en una Escuela de Formación de Rehabilitadores y Guías Penitenciarios.
El Ecuador y Quito requieren un Centro de Capacitación y Escuela contra la Violencia, ya que la violencia es el origen de la formación de personas que trasladan esa energía negativa hacia actos ilícitos, graves unos como las lesiones o muertes, y leves como los hurtos y robos, a más de que estas mismas personas son inducidas posteriormente al consumo de drogas. Por eso, la educación y prevención, ayudan en forma definitiva a mejorar los niveles de seguridad, y disminuir las estadísticas de la actividad delictiva.
La educación contra la violencia, es una tarea de la sociedad, y a todo nivel, comenzando por los niños, jóvenes y posteriormente adultos, para conocer los métodos que nos permitan evitar la violencia verbal, física, psicológica, para una convivencia pacífica.
Otra necesidad, es la de mantener en forma permanente, una Escuela de Formación de Rehabilitadores, es decir, personas especializadas en los procesos de rehabilitación de las personas sentenciadas con una pena, para que mediante procesos profesionales, puedan reinsertarse a la sociedad, como personas activas y productivas, a los hombres y mujeres que cometieron un delito, porque ese es el fin de un centro de rehabilitación.
También es indispensable en profesionalizar la formación de los Guías Penitenciarios, ya que esta es una labor profesional que no ha sido adecuadamente catalogada en el Ecuador, se piensa que un guía es un policía más que controla los ingresos a las cárceles, lo cual es un error. Se dice que cuando los policías y fiscales cumplieron con su labor de investigación, los jueces con su labor de administrar justicia y sentenciar, corresponde a los profesionales de los centros de rehabilitación, encargarse de las personas sentenciadas, para mediante procesos educativos, de evaluación psicológica y psiquiátrica, rectificar las conductas que indujeron a violar la ley, causar daños a personas o bienes, y promover su reinserción en la sociedad, sin que se vean tentados a reincidir en la actividad delictiva.
Y finalmente, siempre será necesario recordar lo que fueron las cárceles en el Ecuador, verdaderos centros de reclusión, hacinamiento, y tortura física y psicológica, por lo que instalar un museo servirá para este fin.