El Jefe de Misión de la ONU para la Migración en Ecuador, señor José Dávalos, informa que la población migrante venezolana “… ha venido para quedarse”. Al momento, hay en nuestro país trescientos cincuenta mil, registrados.
El alto funcionario estima que el ecuatoriano no tiene xenofobia para el venezolano, sino más bien empatía, pero admite que … “es obvio que hay personas que sin lugar a dudas tienen prejuicios y sienten la amenaza de que les van a quitar su trabajo”. Por desgracia, esto ya está sucediendo, pero muchos están abusando y tratando de desplazar a los ecuatorianos, inclusive con actitudes agresivas.
Hay incomodidad general. Numerosos migrantes hablan con tono alto, rayano en el grito. El habitante de Quito no está acostumbrado a maltrato verbal. El primer campo de colisión puede ser con nuestros vendedores ambulantes. Igual, con los dueños de casa por pago de arrendamientos y otros ejemplos.
Quito está sufriendo una ola de peligrosa delincuencia. EL COMERCIO (5 de agosto), informa que en el sector de Carcelén se preparan para una marcha en contra de la delincuencia, exigiendo mayor control en los espacios públicos donde proliferan las ventas y la indigencia. Añade: “Los robos a personas, autos, viviendas, locales, motos y las riñas callejeras son constantes y mantienen a sus habitantes atemorizados”. No se atribuye a migrantes.
En algunos buses de servicio urbano aparece un nuevo tipo de vendedor que porta, oculta, arma blanca prohibida por el Código Penal (Art. 360) para “convencer” al pasajero o para evitar el pago del pasaje. La policía deberá decomisar ese tipo de arma a todos, ya que el peligro de su uso ha crecido.
Los migrantes están bien tratados. “USD 76 millones se destinaron para venezolanos en el 2018” (EL COMERCIO, 3 de agosto de 2019). Los atendieron en su salud, el año pasado, a 194.543 en todo el país; 16.851 niños están ubicados en nuestras escuelas y colegios. Mujeres embarazadas, al parecer vienen porque en su Venezuela no tienen seguridad de ser debidamente atendidas. De hecho, la migrante Rusbelis Robles alumbró a su hija en Guayaquil. Según ella, el nacimiento en su país lo más probable habría ocasionado que solo viva una de las dos por su delicado estado de salud.
El alto Comisionado de la ONU también informa que manejan autos con aplicaciones de servicio. Los taxistas ecuatorianos advierten pérdidas. Sería equivocado atribuir esa crisis a esa competencia, pero hay desazón y protesta de nuestros taxistas a quienes les exigen título, pago de impuestos, sometimiento a controles y sanciones de diversa clase.
Bondad, comprensión y apoyo para los migrantes. Y que entiendan que deben acomodarse a las posibilidades y costumbres de los ecuatorianos; no a las suyas y sus exigencias.